Ya lo he vuelto a hacer, he visto algo recomendado o comentado en un sitio que me gusta y he tenido que llegar hasta el final. Así descubrí «El arte de la guerra», así vi, sin pena ni gloria, «Dieciséis velas» y así he sufrido «En la ciudad». Os voy a decir lo mismo que dijo el tipo que la vio: No pasa nada.
O si pasa, pasa que cuando en una película de 108 minutos han pasado 18 y no ha pasado nada, pues mal hemos empezado. Cuando a media película ya sabes que va a pasar, entonces apaga y vámonos. Y cuando la ves y al final no solamente no ha pasado nada, si no que además esa nada se ha dirigido al final más obvio, entonces has tirado 108 minutos a la basura.
Y no se la quiero reventar a nadie así que la voy a resumir brevemente, habla de un grupo de gente, amistades, y de sus relaciones de pareja. Nos pone unos casos muy tópicos y en la más tópica de las líneas todos acaban como uno espera. Hay cosas que en la vida real no las capto, pero en el cine si suelo notar cuando algo acabará mal, como hacer tratos con el malo de turno.
Pero que la culpa es mía y solo mía por meterme solo en estos berenjenales culturales.
3 comentarios:
Mira que dejaba bien claro que es el tipo de películas DONDE NO PASA NADA y que son aquellas que suelo ver sólo porque creo que es un martirio para quien me acompaña.
Tus gustos de cine y los míos difieren. Eso es todo.
No, si ya asumo yo la culpa. Pero cuando quiero ver una vida en la que no pasa nada me miro la mía.
Quizá debería licenciarla para una serie o algo así.
Es que no ves poesía en las rutinas diarias... y lo que me gustó de la película es que me hizo reflexionar.
Publicar un comentario