23 febrero 2009

Menos cereales y más hacer las cosas bien

Seguro que todos habéis visto el anuncio, es de barritas de cereales con fibra, hay una mujer en un mostrador que le dice al hombre algo así como: «Ya le he dicho que le falta la foto de carné» y el responde: «Y a usted le hace falta tomar (marca de las barritas)». Esto yo lo considero muy español, no es que el tipo se quiera pasar la normativa por el forro, es que ella anda estreñida. No le dice que le hacen falta treinta centímetros de falo porque hay Ministerio de Igualdad, que si no se lo dice.

Algo similar le ha pasado a agtejeo en el aeropuerto y lo relata impecablemente en la entrada de su bitácora titulada: «A la empleada del mostrador 229». Impagable, por cierto, la respuesta que le han dejado de manera anónima.

Y es que en este país pasa eso, las normas son para los demás y para cuando hay tiempo que perder en florituras. Para nosotros, que no tenemos tiempo de tonterías, no existen. Tenemos poco tiempo y no lo podemos perder en trámites burocráticos, o en llegar a tiempo al aeropuerto. Y si el del mostrador se empeña en cumplir con las normas entonces es que anda estreñido, o "malfollado", o amargado. A no ser que incumpla el reglamento en nuestra contra, ojo, entonces es un sinvergüenza y un caradura y venga esa hoja de reclamaciones que se ha largado a desayunar hace media hora y aún no ha vuelto.

22 febrero 2009

Padre pasivo

El viernes fui al IKEA y pude comprobar que sigue vigente la costumbre de dejar pacer a los hijos por las tiendas como si fuesen ovejas en el campo.

No digo que los niños tengan que ir con correa y bozal pero me parece que hay un límite y que ese límite comienza cuando el niño comienza a molestar, a poner en peligro su integridad o la mercancía de la tienda.

Sé que es difícil estar pendiente del niño a todas horas, que cansa, que si lo castigas te castigas a ti mismo, que el día que lo tienes la vida cambia un montón. Pero por todas esas cosas y otras muchas yo no tengo hijos, por eso no me parece bien andar cargando con los hijos de los demás. Al igual que no me gusta andar tragando el humo de los demás. No quiero ser un padre pasivo.

Y por eso entiendo que cada vez haya más restaurantes donde prohíben la entrada a niños. Claro que lo hacen mal, porque prohíben la entrada a niños de cierta edad y no es eso. Se trata de prohibir la entrada de niños "sueltos", es decir, de padres que deciden que quieren comer tranquilos y que si el niño quiere jugar cerca de la exposición de vinos, y de aquella pareja tan simpática, pues que juegue. Es el mismo problema que con el tabaco, el problema no es que la gente fume, es que fuma tanto que no saboreas la comida. Y el problema no es que haya niños, ni que los más pequeños lloren o griten, el problema es que los sueltan a pacer libremente si molestan, mientras molesten a otro, no pasa nada.

Nota: Ya se que con la cantidad de nuevos padres que conozco me voy a quedar sin invitaciones a merendar pero o esta es una de esas cosas que o las dices o te vuelves un asesino en serie.