Hace mas de año y medio leí en Pedro Jorge Romero un curioso reto: Leer cincuenta libros en un año. Debo decir que me encanta leer pero que cuando llegué a aquella entrada hice memoria y llevaba años leyendo muy poco, al menos para mis estándares. Se habían dado una serie de factores que me habían alejado de la lectura y aquél reto era una buena excusa para retomar mi afición. Aunque el reto era antiguo, de principios del 2004 una buena idea es una buena idea y me decidí a plantear una estrategia.
El año pasado organicé mis reglas personales, porque lo mejor de este reto es que las reglas las pones tú. Cogí las que hay en la web de PJorge y le añadí una. ¿Qué es un libro? Como bien dicen los que siguen el reto no es lo mismo leerse una novela del oeste que las mil páginas de «El señor de los anillos». Sin embargo un libro es un libro, o más bien una historia. Para mi reto todos los libros puntúan iguales. Así que para el reto valen igual los siete volúmenes que comprenden «Las crónicas de Narnia» que el pequeño libro de letras gordas llamado «El búho que no podía ulular». No se trataba tanto de llegar a los cincuenta como de comprobar lo que puedo leer y lo que leo. Por eso el año pasado no llegué a los cincuenta libros, me quedé en treinta, ese era mi ritmo de lectura normal, o debería decir mi ritmo de lectura despreocupado. Este año era el año del reto y lo he conseguido, cincuenta libros, de todas clases, tamaños y temáticas, en un año. En menos de hecho, espero que la lista se engrose un poco antes de Nochevieja.
No voy a decir que todo el mundo debería leer cincuenta libros al año pero yo he disfrutado mucho. Primero porque me he dedicado voluntariamente a hacer algo que me gusta. He definido mis tiempos y he buscado el lugar para disfrutar de una actividad. Segundo porque de tanto leer he abierto mis horizontes y me he llevado a los ojos obras que de otra manera nunca hubiesen llegado a mi conocimiento. Creo que todo el mundo debería hacer algo así, ver un número de películas al año, o de escuchar un número de discos de música o de dar un número de paseos. Y sobre todo, al terminar cada uno, apuntar un breve resumen de lo hecho. En un blog, en un cuaderno, en una ficha. Es curioso como la memoria se refresca cuando tienes a mano una ficha que te sirve de muleta y vuelves a saborear todas las sensaciones obtenidas. Una actividad muy recomendable, dedicarse tiempo a uno mismo.
2 comentarios:
Yo cuando empecé a comprarme la colección "Misterios y Enigmas de la Historia" (Planeta de Agostini se está forrando conmigo) llegué a leerme unos cuarenta y tantos en un año, me los bebía, porque eso de almacenar libros me agobiaba y conforme una semana me compraba uno me lo leía en cuanto podía. Así tengo la cabeza...
Ni cerca estoy de leer cincuenta libros al año. Por más que busco tiempo hay actividades que no me lo permiten.
Si me parece muy buena la idea de hacer algun registro de lo que leo. Tanto es asi que hice un blog con los comentarios de lo que leo y con el permiso de Josue, desde aca los invito: Lectores y escritores
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