A mi me gusta pensar que el país es una empresa con cuarenta millones de accionistas. Tenemos un consejo de administración y una cantidad brutal de trabajadores. Tenemos departamentos independientes, subcontratas y competencia. Y luego intento pensar que haría El Corte Inglés, por ejemplo, si sus empleados trabajasen contra la empresa. No hablo de equivocarse, hablo de sabotear la misma empresa. Hablo de que los directores de los departamentos se lleven el material para los amigos, hablo de que los que dirigen los centros comerciales los saquen de las capitales y los manden al extrarradio para cobrar el pellizco de la recalificación. Hablo de que los miembros del cuerpo de seguridad le den palizas, a veces mortales, a los clientes. Me gusta pensar que El Corte Inglés regaña a los que se equivocan y cesa de manera fulminante, sin indemnización ni posibilidad de vuelta, a aquellos que sabotean a la empresa desde dentro.
Esta empresa a la que yo llamo país no funciona así. Aquí miembros de los diferentes cuerpos de policía pueden dar una paliza, a veces mortal, a un detenido esposado y no solamente no se los cesa de manera fulminante, si no que no se les prohíbe volver a trabajar de manera directa para el país. Y pueden cantar misa, cuando cuatro agentes (u ocho) no son capaces de retener a una persona esposada sin matarla, o sin causarle dos docenas de moratones, es que no están capacitados para ejercer el trabajo. Cuando un político se pasa años recibiendo dinero de las urbanizaciones, o de las contratas, o de lo que sea, no solamente debe restaurar lo que se llevó, debe ser expulsado de la empresa, como trabajador. Inhabilitado para cargo público de por vida.
Pero lo mejor es ver que cada cuatro años puedes cambiar a los miembros del consejo de administración de sus asientos, bajando a votar como accionista que eres, pero no puedes despedirlos. Puedes unos pocos más de estos, o unos pocos más de aquellos, pero hagas lo que hagas siguen siendo los mismos tipos en los mismos sillones. Eso el día que van a trabajar, claro.
4 comentarios:
Para eso estan las huelgas generales, pero parecemos haber olvidado que existen.
¿Quien está dispuesto a no trabajar? En el fondo estamos doblemente explotados porque estamos tan pillados de dinero que no podemos permitirnos ni un gesto obsceno.
Como nos han vendido internamente que somos el pais de europa con más fiestas (que no es cierto) que éramos el pais que menos horas trabajaba (que nunca ha sido cierto)pues..
Así nos va compañero...
Un saludo
Me ha gustado mucho la comparación, además muy acertada.
El problema es que los malos trabajadores hacen tan bien sus travesuras que es dificil pillarlos. Y a los amigos que les votan, les da igual que exista una Operación Malaya o un caso Zerrichera.
Mira lo que ha pasado en China, un ministro o alto funcionario ha sido condenado a muerte por permitir la fabricación de medicamentos defectuosos, que han provocado la muerte de numerosos pacientes.
Y porque se grabo que sino quien te cree.
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