Voy a hablar un poco de oídas y es posible que me equivoque en los detalles, pero creo que el grueso del mensaje se entenderá.
Este año la Constitución Española de 1978, la vigente, cumple treinta años. Supongo que habrá grandes fastos y que escucharemos la muy manida frase: «la Constitución de todos los españoles». Que me incluyan me da cierta rabia. Porque no me gusta y, sobre todo, porque jamás me han preguntado como ciudadano si me gusta. Se me ha ocurrido acercarme al INE a ver unos datos porque me temo que no soy precisamente el único al que no le han consultado.
Según el INE somos 45.593.385 residentes. Como la Constitución se votó hace treinta años y solo lo hicieron los mayores de dieciocho resulta que, actualmente, solo los residentes de más de cuarenta y ocho años han tenido la posibilidad de pronunciarse y esos son, siempre según el INE, 16.632.279,00 residentes. Un 36,48% del total. Es decir, un 63,52% de aquel «todos» no hemos tenido arte ni parte. Si quitamos a los que actualmente no tienen todavía los dieciocho años resulta que hay 37.563.454 de personas en edad de votar, y de éstas 20.931.175 no han podido votar sobre la constitución, un 55,72%. Y digo yo: ¿no va siendo hora de que nos dejen opinar?
Nota: En estos datos el INE habla de residentes en España, pero no he podido filtrar a aquellos que por ser extranjeros, o estar presos, o por otras causas, no podrían votar. Ni a los españoles que sí podrían pero que no residen en España.
24 julio 2008
07 julio 2008
Beowulf y otros poemas anglosajones (siglos VII-X)
Tenía la oportunidad de ver la última película basada en Beowulf y pensé era necesario conocer de primera mano el poema anglosajón escrito más antiguo. Y aunque en casa hay una edición en gaélico preferí sacar este libro de la biblioteca.
«Beowulf y otros poemas anglosajones (siglos VII-X)» incluye una breve introducción a la poesía anglosajona de los siglos VII al X y una selección de otros poemas de la época. Los poemas tratan de respetar la métrica original con lo que nos acercamos a la soronidad real de los mismos y llevan una introducción histórica y las notas necesarias para no perderse. La edición, para mi gusto, está muy bien realizada y deja con ganas de más. El poema que quería leer, Beowulf, es la historia de un héroe antiguo que acude a un reino vecino a salvarlos de un monstruo. No voy a contar más para no chafaros la historia pero sí os voy a decir que la película es muy diferente y que el poema es mejor, mucho más coherente.
«Beowulf y otros poemas anglosajones (siglos VII-X)» incluye una breve introducción a la poesía anglosajona de los siglos VII al X y una selección de otros poemas de la época. Los poemas tratan de respetar la métrica original con lo que nos acercamos a la soronidad real de los mismos y llevan una introducción histórica y las notas necesarias para no perderse. La edición, para mi gusto, está muy bien realizada y deja con ganas de más. El poema que quería leer, Beowulf, es la historia de un héroe antiguo que acude a un reino vecino a salvarlos de un monstruo. No voy a contar más para no chafaros la historia pero sí os voy a decir que la película es muy diferente y que el poema es mejor, mucho más coherente.
06 julio 2008
Padre rico, padre pobre
Había leído sobre este libro en Internet y aprovechando que estaba en la Biblioteca Regional de Murcia me decidí a leerlo. En «Padre rico, padre pobre» el autor, Robert Kiyosaki, nos cuenta lo que los padres ricos le cuentan a sus hijos en contraposición a lo que cuentan los padres pobres. Los pobres te dicen: «Hijo, estudia mucho, consigue un buen empleo y compra una buena casa.» Los ricos al parecer no dicen eso, los ricos dicen: «Hijo, que el dinero trabaje para tí.» El libro es una historia sobre la vida de Kiyosaki, como llegó a tener dos padres, el suyo, que era el pobre, y el de un amigo, que era el rico. El último le enseño, desde los nueve años, como crear dinero, como conseguir ser rico y, sobre todo, como no caer en la trampa de: trabaja más, paga más impuestos, ten más gastos.
El libro es entretenido y huye mucho de explicaciones financieras o contables. Tiene partes con las que estoy muy de acuerdo, como la de invertir en activos (cosas que producen dinero) en lugar de comprar pasivos (cosas que traen gastos); la de procurar huir de los créditos, es mejor ahorrar y pagar de golpe si se puede; la de tener, que no tenemos, una cultura financiera. Y partes con las que no concuerdo, entre otras cosas porque están basadas en la economía y legislación estadounidenses y no son aplicables a España.
El libro es entretenido y huye mucho de explicaciones financieras o contables. Tiene partes con las que estoy muy de acuerdo, como la de invertir en activos (cosas que producen dinero) en lugar de comprar pasivos (cosas que traen gastos); la de procurar huir de los créditos, es mejor ahorrar y pagar de golpe si se puede; la de tener, que no tenemos, una cultura financiera. Y partes con las que no concuerdo, entre otras cosas porque están basadas en la economía y legislación estadounidenses y no son aplicables a España.
La Nación, orgullosa
El periódico La Nación ha sacado un decálogo de motivos para no estar orgullosos del orgullo gay. Se plantea como una lucha contra el día del orgullo gay en el título pero realmente es un decálogo de de las falacias homófobas más extendidas. A mí también me da rabia que haya una semana del orgullo gay y espero que haya un día en que no sea necesaria y que manifestar los gustos sexuales sea como manifestar gustos gastronómicos: puedes discrepar sobre si las lentejas son buenas o malas pero no sufres rechazo, ni agresiones, ni nada similar, por tu gusto sobre las mismas. Pero volvamos al decálogo y vayamos por puntos:
- No hay base biológica (para la homosexualidad): Ni para la religión, ni para las leyes, ni para la medicina, ni siquiera para tener un orden social establecido. El ser humano tiende, biológicamente hablando, a abusar del débil, a pasar del enfermo y a coger todo lo que considera que merece.
- Lo que existe es la complementariedad de los sexos: O lo que es lo mismo: a la felicidad por el amor y el matrimonio heterosexual. Y si uno no entra en este esquema pues resulta que es un infeliz, ya sea homosexual, soltero, divorciado o viudo. Por supuesto, el máximo nivel de complementariedad se alcanza al obtener la tan ansiada "parejita": un hijo y una hija, no necesariamente en este orden.
- La verdadera homosexualidad es excepcional: Al parecer hay una homosexualidad genética que afecta del uno al tres por cien de la población. Lo otro es una moda, un trastorno del comportamiento que puede ser corregido dado que es una falsa homosexualidad. Y estoy de acuerdo, cualquier comportamiento puede ser corregido con duchas frías, electricidad y palizas regulares. Que le pregunten a la Santa Inquisición si no, todo el que trincaban no solo era culpable sino que acababa confesando y abrazando con auténtica fe la purificación vía hoguera. Y si entonces podían curar a las brujas, a los poseidos y a otros agentes de Lucifer no veo porque ahora no podemos hacer lo mismo.
- No hay demanda: Según La Nación solo el 0,1% de las parejas en España son homosexuales y, por tanto, legislar a favor de las mismas va contra la democracia: Lo primero es que la democracia se distingue de la oligarquía en la protección a las minorías; de no ser así no habría reserva de plazas para minusválidos en las oposiciones, por ejemplo. Segundo que legislar a favor de un colectivo no implica necesariamente perjudicar a otro; el matrimonio homosexual no perjudica a las parejas heterosexuales pues no recorta ni elimina ningún derecho de los que éstas tenían. Y tercero, como hemos tenido menos de 600 mujeres muertas por violencia doméstica en los últimos diez años, menos del 0,003% del total de mujeres españolas, legislar para solucionar este problema debería ser, utilizando la lógica de La Nación: «injusto y poco democrático.»
- Es discriminatoria: Están en contra de las leyes y festejos progays a cargo del erario público porque implican, siempre según La Nación: «un desprecio manifiesto hacia el papel económico y social que presta la familia a la sociedad.» Que no sabía yo, oiga, que los gays no tenían un papel económico en la sociedad. Será que no gastan o que no pagan impuestos. Y en cuanto al papel social, si tenemos en cuenta la cantidad de familias peleadas que se pasan la vida colapsando el sistema judicial por un palmo de huerto, los familiares que van en tropel a ver al enfermo ingresado pero que luego se tiran un año sin llamarlo siquiera y la cantidad de gente a la que en casa, en su familia, no han sabido educar ni en lo más básico... bonito papel hacen algunas familias en la sociedad.
- Desnaturaliza el concepto de matrimonio: No entiendo donde está la inseguridad jurídica. Antes sí. Antes era el marido el que llevaba las cuentas de la mujer y, claro, un matrimonio entre mujeres hubiera adolecido de una cabeza que se hiciese responsable de la administración de los bienes. Pero esto lo cambiaron cuando Franco y no parece que haya esa inseguridad jurídica que dice La Nación. Y mira que ha llovido.
- Mina los cimientos de la civilización: Al parecer en ninguna cultura se ha dado el mismo valor al matrimonio que a la unión homosexual, ni siquiera en la antigua Grecia. Yo no se como era la antigua Grecia pero si se que no hace mucho el matrimonio consistía en pagar para deshacerse de la hija propia, casándola con el hijo de otro. Por otra parte todos sabemos que la civilización humana se cimienta en la guerra, de ella la conquista y de ella el mestizaje.
- Vulnera los derechos de los niños: Que son intocables y tienen derecho a tener un padre y una madre. Así que ya van los solteros, los divorciados y los viudos soltando los niños, que les están negando un progenitor al que tienen derecho. Claro que como el Estado tampoco puede garantizar este derecho a ver que hacemos con esos niños a los que les falta el padre, o la madre, o ambos. No entiendo por qué dice que el siguiente paso es la pederastía. No se si se refiere a que los homosexuales que viven con un hijo se vuelven pederastas o a que los niños crecen pederastas y en cualquier caso no le veo relación.
- Contraindicaciones médicas: Al parecer los homosexuales siguen viviendo bajo el yugo de las plagas enviadas por dios: SIDA, clamidia, sífilis, papiloma, herpes y cáncer anal entre otras. Lo que no entiendo es que pasa con esos heteros que contraen las mismas enfermedades. Será que se han cruzado con un falso homosexual al que le curaron la homosexualidad pero le dejaron las plagas.
- Contraindicaciones psicopatológicas: Los homosexuales son, al parecer, cinco veces más propensos a padecer: Depresión, ansiedad, desorden de pánico y tendencia al suicidio. Y vivir en una sociedad hostil que se burla de ti, que te pone pintadas en el coche, que no te da trabajo, que te mira con asco, que te agrede, que pretende quitarte los hijos o prohibirte tenerlos no tiene nada que ver.
05 julio 2008
El manifiesto por la lengua común
En la web de El Mundo podéis leer el «Manifiesto por la lengua castellana». Debido a que el manifiesto está en PDF el enlace os lleva a la noticia. Voy a comentarlo en calidad de español medio: el que opina sin saber.
Para empezar me preocupa que el español, o castellano, sea la lengua de todos los españoles. Los españoles somos una minoría en comparación con la cantidad de gente que habla castellano y eso debería reducir nuestra preocupación porque la lengua desaparezca y nuestra pretensión de ser los dueños de la misma.
Inciso: voy a realizar las comparaciones con Cataluña porque es una de las comunidades más atacadas en este tema y porque, al haber nacido allí, algo siento que me toca. Podéis consultar el Estatuto de Cataluña del año 2006 aunque no se si está vigente.
Resulta que el manifiesto dice que el castellano es la única lengua que se le puede presuponer por conocida a todo español dado que es obligatorio que todo español la conozca.. Sin embargo si estoy en Cataluña puedo presuponer, en base a la misma lógica, que todos los que me rodean hablan catalán: El catalán debe ser conocido por todos los catalanes. Por tanto no se puede obligar o pretender que ante desconocidos el primer impulso sea dirigirnos en castellano, eso está bien en Murcia o en Extremadura pero en Cataluña al haber dos lenguas de obligado conocimiento se puede iniciar una conversación con cualquiera de ellas. Otra cosa es que luego cambiemos de lengua al comprobar que nuestro interlocutor no está cómodo con la elegida o no la entiende. La asimetría a la que alude el manifiesto solo se produce en aquellas comunidades donde solo existe una lengua oficial.
Después nos dice que las lenguas no tienen derecho a conseguir coactivamente hablantes ni a imponerse como prioritarias en educación. No estoy de acuerdo con que las lenguas no tienen derechos, como todo el patrimonio de la humanidad debe ser preservado no por serlo, si no para todos aquellos que quieran disfrutar del mismo.
Mas tarde se habla de la imposición de otras lenguas, el catalán en nuestro caso, como lengua vehicular para la enseñanza y de obligado uso en la vida diaria. Este punto tiene miga, hace más de veinte años, cuando yo daba primero y segundo de E.G.B. (la educación de niños de seis y siete años) el catalán ya era vehicular, esto es: Las asignaturas como las matemáticas se dan en catalán. Y bien cierto es que como en casa solo se hablaba castellano me costaba horrores. Para eso exige que sea vehicular, para que al tener que utilizarla en la escuela se convierta en una segunda lengua y no en un idioma que se estudia tres, o cinco, horas a la semana. Solo hay que ver el nivel de inglés con el que se sale del primer ciclo escolar para comprender que una lengua se aprende mejor si nos vemos obligados a utilizarla. En este caso no hablamos de libertad de elección, hablamos de enseñanza y la enseñanza es obligatoria. Del castellano, del catalán, de la historia, de las matemáticas y de como quiera que se llamen ahora a los trabajos manuales. Si pensamos que tres horas a la semana de castellano son insuficientes para conocer este idioma entonces tendremos que admitir que tres horas de catalan también son insuficientes. Por otra parte sí estoy de acuerdo de que las administraciones deben ser bilingües en el trato con los ciudadanos allí donde coexistan dos lenguas oficiales. Y o bien se trata al ciudadano en el idioma que éste elija o bien se extiende todo en las dos lenguas. La empresa privada debe tener libertad de elección, ellos decidirán si les interesa ser monolingües, bilingües o multilingües y en función de esa elección tendrán un abanico más amplio de clientes.
Seguidamente se nos dice que no se puede discriminar a los ciudadanos monlingües en castellano. Pero lo cierto es que esos ciudadanos, en el momento en el que tienen tratos con las administraciones locales, son ciudadanos también de un territorio bilingüe y, por tanto, responsables de conocer ambas lenguas oficiales. Por otra parte un ciudadano que fuese, y dudo que existan, monolingüe catalán tampoco tendría por que ser discriminado dentro del territorio de Cataluña.
Por cierto, que me parece terrible que se haga un manifiesto donde se critique al catalán, al euskera, al gallego, y a otras lenguas oficiales, como lengua vehicular en la enseñanza y no se nombre para nada a esas administraciones que han decidido que impartirán asignaturas en inglés sin que los padres ni los alumnos puedan elegir ser educados en castellano. Que una cosa es que pagues un colegio bilingüe y otra muy distinta que el curso que viene alguien decida dar Matemáticas en alemán en honor a los matemáticos de Alemania.
Para empezar me preocupa que el español, o castellano, sea la lengua de todos los españoles. Los españoles somos una minoría en comparación con la cantidad de gente que habla castellano y eso debería reducir nuestra preocupación porque la lengua desaparezca y nuestra pretensión de ser los dueños de la misma.
Inciso: voy a realizar las comparaciones con Cataluña porque es una de las comunidades más atacadas en este tema y porque, al haber nacido allí, algo siento que me toca. Podéis consultar el Estatuto de Cataluña del año 2006 aunque no se si está vigente.
Resulta que el manifiesto dice que el castellano es la única lengua que se le puede presuponer por conocida a todo español dado que es obligatorio que todo español la conozca.. Sin embargo si estoy en Cataluña puedo presuponer, en base a la misma lógica, que todos los que me rodean hablan catalán: El catalán debe ser conocido por todos los catalanes. Por tanto no se puede obligar o pretender que ante desconocidos el primer impulso sea dirigirnos en castellano, eso está bien en Murcia o en Extremadura pero en Cataluña al haber dos lenguas de obligado conocimiento se puede iniciar una conversación con cualquiera de ellas. Otra cosa es que luego cambiemos de lengua al comprobar que nuestro interlocutor no está cómodo con la elegida o no la entiende. La asimetría a la que alude el manifiesto solo se produce en aquellas comunidades donde solo existe una lengua oficial.
Después nos dice que las lenguas no tienen derecho a conseguir coactivamente hablantes ni a imponerse como prioritarias en educación. No estoy de acuerdo con que las lenguas no tienen derechos, como todo el patrimonio de la humanidad debe ser preservado no por serlo, si no para todos aquellos que quieran disfrutar del mismo.
Mas tarde se habla de la imposición de otras lenguas, el catalán en nuestro caso, como lengua vehicular para la enseñanza y de obligado uso en la vida diaria. Este punto tiene miga, hace más de veinte años, cuando yo daba primero y segundo de E.G.B. (la educación de niños de seis y siete años) el catalán ya era vehicular, esto es: Las asignaturas como las matemáticas se dan en catalán. Y bien cierto es que como en casa solo se hablaba castellano me costaba horrores. Para eso exige que sea vehicular, para que al tener que utilizarla en la escuela se convierta en una segunda lengua y no en un idioma que se estudia tres, o cinco, horas a la semana. Solo hay que ver el nivel de inglés con el que se sale del primer ciclo escolar para comprender que una lengua se aprende mejor si nos vemos obligados a utilizarla. En este caso no hablamos de libertad de elección, hablamos de enseñanza y la enseñanza es obligatoria. Del castellano, del catalán, de la historia, de las matemáticas y de como quiera que se llamen ahora a los trabajos manuales. Si pensamos que tres horas a la semana de castellano son insuficientes para conocer este idioma entonces tendremos que admitir que tres horas de catalan también son insuficientes. Por otra parte sí estoy de acuerdo de que las administraciones deben ser bilingües en el trato con los ciudadanos allí donde coexistan dos lenguas oficiales. Y o bien se trata al ciudadano en el idioma que éste elija o bien se extiende todo en las dos lenguas. La empresa privada debe tener libertad de elección, ellos decidirán si les interesa ser monolingües, bilingües o multilingües y en función de esa elección tendrán un abanico más amplio de clientes.
Seguidamente se nos dice que no se puede discriminar a los ciudadanos monlingües en castellano. Pero lo cierto es que esos ciudadanos, en el momento en el que tienen tratos con las administraciones locales, son ciudadanos también de un territorio bilingüe y, por tanto, responsables de conocer ambas lenguas oficiales. Por otra parte un ciudadano que fuese, y dudo que existan, monolingüe catalán tampoco tendría por que ser discriminado dentro del territorio de Cataluña.
Por cierto, que me parece terrible que se haga un manifiesto donde se critique al catalán, al euskera, al gallego, y a otras lenguas oficiales, como lengua vehicular en la enseñanza y no se nombre para nada a esas administraciones que han decidido que impartirán asignaturas en inglés sin que los padres ni los alumnos puedan elegir ser educados en castellano. Que una cosa es que pagues un colegio bilingüe y otra muy distinta que el curso que viene alguien decida dar Matemáticas en alemán en honor a los matemáticos de Alemania.
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