15 septiembre 2006

El bol

La imagen del bol de caramelos se asocia a ejecutivos, directivos y gente con despacho propio. Especialmente si son golosos o si han dejado de fumar. Los médicos también son gente que suele tener un bol, bien el de palos de madera para apartar la lengua, bien uno de caramelos sin azúcar.

Cuando paso por el centro comercial para volver del trabajo hay un bol que me encanta. Está lleno de anillos Durex «play vibrations» y cuando lo veo no puedo dejar de evocar el despacho de un sexólogo, o el recibidor de esas casas a las que se lleva al novio la noche antes de la boda. Y no es solo el producto, es la presentación individual, el bol de preservativos no tiene esa chispa porque están metidos en las cajas. Es una imagen que me hace sonreír, y se agradece.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se acerca el dia de tu cumple,si es lo que te hace reir.
Que cosa mejor para regalarte,algo que cuando lo ves te hace reir y acordarte de quien te lo regalo.

Anónimo dijo...

No me hace reír, me hace sonreír. Y tiene que salir caro un bol así, 8€ cada uno y yo le calculo unos cien... mejor pasar y verlo todos los días.