Es curiosa la cantidad de mujeres de mi pasado que me he llegado a cruzar en el puesto de trabajo de este mes. Compañeras del instituto, de la universidad, del barrio. Y es curioso porque mis conocidos son mayoritariamente hombres. Encontrarme con un grupo de mujeres es, estadísticamente hablando, difícil.
Siempre me surgen sensaciones extrañas cuando veo gente que discurrió por otro camino. Una alegría al saber que están bien, una duda al pensar que a lo mejor ese bienestar es solo la fachada, la revisión de algún viejo recuerdo y un desprendimiento de cara, por la vergüenza, al darme cuenta de no recuerdo el nombre. Y me da rabia porque se me olvidan sobre todo los nombres de mujeres.
Y es grave si pienso que, como son pocas, debiera ser más fácil recordar sus nombres. Sería más normal que se me mezclasen los Pepes y los Pacos.
Y es peor cuando veo que todas han sido excepcionales y que no las olvido, tengo recuerdos de situaciones y sensaciones pero no les puedo poner un nombre. Debe de ser una forma misógina de afasia.
3 comentarios:
A mi tambien me pasa,recuerdo las caras,pero no los nombres.
Pero con practica y repitiendo el nombre en tu emnte,al final se te queda.
Lo de los nombres nos pasa a muchos, yo recuerdo todas las caras, pero pocos nombres de gente. Eso sí, no suelo olvidar los nombres de los compis de clase.
me pasa algo muy curioso con los nombres y caras... depende de mi estado mental, de humor o de ánimo me acuerdo de la gente o no...
ahora bien lo que es bastante curioso es q aún recuerdo la lista prácticamente al completo y por estricto orden de mi clase del colegio hasta octavo
y eso q eramos 35 o por ahi!!
que cosas e!
Un saludete ;-)
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