Supongo que todo el mundo ha vivido la polémica creada por la presentación de una proposición no de ley que otorga derechos fundamentales a los grandes simios. Los detractores dicen que se intenta tratar de humanos a los animales y hacen burla. Algunos defensores han metido la pata con perlas como esta (vía Informativos Telecinco):Hace unos 150 años, los abolicionistas pedían derechos para los negros y los paletos de la época decían: ¡Qué barbaridad!, ¡derechos para los negros!, ¡y los derechos de los blancos!, ¡pero cuándo se ha visto que seamos iguales!, ¡cuándo se ha visto a un negro pintar la Capilla Sixtina o componer algo lejanamente similar a una ópera de Mozart o escribir el Quijote!
Seamos serios y, aún a riesgo de que se lleven el Scatergories, diferenciemos al ser humano del resto de grandes simios: Los grandes simios no son capaces de establecer falacias como la anterior. Esta claro que los negros de la época, ni las mujeres de la época, habían creado tales maravillas. En aquella época solo se conocían los negros que eran traídos como esclavos y sus descendientes que eran educados en la mayor de las ignorancias posible. Los que cruzan el estrecho en patera tampoco son grandes artistas, ni filósofos.
Sin embargo los egipcios tenían una cultura compleja, una sociedad avanzada, edificaciones insuperables, religión y control sobre uno de los mayores ríos del planeta antes de que los blancos empezaran a pensar. Los "amarillos", habitantes del lejano oriente, poseían una sociedad compleja, filosofía y arte cuando los blancos comenzaban a pastorear. Los habitantes del oriente próximo y medio trajeron matemáticas e ingeniería a unos blancos que vivían atemorizados por la ira de Dios. Los habitantes de América del Sur (ahora llamados "sudacas") eran mejores astrónomos, entre otras cosas, que los blancos que dijeron civilizarlos. Incluso las tribus de nativos norteamericanos y de nativos africanos (unos exterminados y otros esclavizados) han tenido mayores conocimientos que el hombre blanco de fauna y flora, es decir, de biología y de las propiedades medicinales de las plantas.
Pero los simios no son seres humanos y no merecen, para mi gusto, ni más ni menos protección que el resto de los animales. No creo que las ballenas ni los delfines tengan la culpa de haber evolucionado en una rama distinta, ni ningún otro animal o vegetal. Utilizar los recursos naturales, incluso los que no están vivos, sin freno, causar un daño irreparable o dedicarse sistemáticamente a torturar a los cohabitantes del planeta no es propio de grandes simios, es propio de humanos.
Dice un viejo proverbio chino «Dentro de mí hay un hombre que está contra mí», yo lo conozco, es el que me hace procrastinar cosa mala. Alguna otra religión o sistema filosófico oriental (porque los occidentales anulan al individuo) debe tener una explicación sencilla para lo que me pasa. Hay algo malvado dentro de mí, como cuando en las películas salen dos conciencias una vestida de ángel y otra de demonio. Yo no se donde tengo el ángel pero el demonio ha vuelto de la excedencia voluntaria, y parece que quiere quedarse. Lo he detectado en el trabajo, pero os tengo que poner en antecedentes.
Brevemente. El día 31 de marzo (viernes) finalicé un contrato con mi empresa. Lo suyo es que la empresa te avise con un tiempo de antelación, ya dudo sobre lo legal pero lo ético es avisar al trabajador para que se organice la vida, por ejemplo el fin de semana. Yo personalmente renuncié a un curso el jueves 30 porque estaba trabajando y era para desempleados, otros habrán tenido que rechazar empleos o viajes. A mí me dieron el cese el mismo día 31 a las 7:30 de la mañana y en una interpretación personal del artículo 49.2 (párrafo segundo) del estatuto de los trabajadores solicité que lo revisará un representante sindical. A las 7:36 mi jefe había decidido que eso no podía ser, había buscado un testigo (el segundo de a bordo) y entre ambos habían firmado el cese haciendo constar que yo me negaba a hacerlo y lo habían subido a recursos humanos bajándome una copia. El castigo por amotinarme ha sido tenerme un mes sin trabajar en favor de otra persona.
Un mes después he vuelto a trabajar, no se si perdonado o por necesidad clamorosa. La jugada ha sido así, yo he ido al puesto A, y la persona que estaba en el puesto A ha pasado al puesto del segundo de a bordo (El jefe y el segundo estos tres días no están). Creo que la idea era que la persona del A lo haría mejor en el puesto del segundo y no acumularía trabajo para la semana que viene pero, y aquí viene el meollo, el puesto del segundo se acumula día a día. No se si yo lo hubiera hecho mejor, pero me alegro sobremanera de ver como su puesto se acumula. El diablo ha sacado las maracas y no hay quien lo pare.
Me pregunto si será grave o si es que me vuelvo humano con la vejez.
No me gusta fusilar (copiar sin escrúpulos) artículos ajenos pero me permitiréis que os recomiende encarecidamente el que ha colocado Ender en Halón Disparado: Rule Britannia. Me encanta.
Tres años de polvo se acumulan en el blog. Si a alguien le parece que fue ayer es porque lleva razón, los primeros dos años y algo el blog apena balbuceaba, ahora que ha aprendido a hablar parece una ametralladora.
Como las estadísticas son una herramienta maravillosa para mentir, la segunda más recurrida después de la palabra, os puedo decir que han sido quinientas entradas y que he tenido mas de treinta mil visitas.
Y ya está, como aquí no hay velas, ni tarta, ni regalos, ni gorros de cartulina, ni refrescos sin burbujas pues se queda un cumpleaños un poco soso. Por eso no celebré los otros dos.
La historia comienza con un padre y un hijo camino del Cementerio de los Libros Olvidados. Allí el hijo recoge un libro titulado «La sombra del viento», escrito por Julián Carax, y hace la firme promesa de adoptarlo y de evitar que desaparezca manteniéndolo siempre vivo. El niño se llama Daniel Sempere y la lectura del libro lo impulsa a buscar la obra de Julián Carax. La obra esta desaparecida, alguien se ha dedicado a quemar todos los libros que publicó, Carax ha desaparecido en misteriosas circunstancias y Daniel se lanza a la búsqueda del autor y la obra siguiendo pistas por Barcelona. La trama se va complicando hasta el punto de afectar a la vida personal de Daniel y de sus seres queridos.
Este libro de Carlos Ruiz Zafón ha tenido un gran éxito de crítica y público y ha sido su fama, que perdura a lo largo de los años, lo que me ha hecho leerlo. Quizá esperaba más de lo que se puede esperar pero me ha parecido un poco simple en cuanto a personajes y la trama aunque va subiendo a lo largo del libro en intensidad se queda desnuda mucho antes de llegar al final. Me atrevo a decir que esta bien pero que no alcanzo a entender el revuelo que hay en torno a él.
Este me lo ha prestado un particular y espero poder devolverlo pronto.
Con motivo de el día del libro, que se celebra hoy, El Pais ha colgado en su web un especial que incluye una fotogalería de los libros más vendidos. Como no hay más datos supongo que serán los más vendidos en el último año, estos son los quince afortunados:
- El código Da Vinci (Dan Brown)
- La sombra del viento (Carlos Ruiz-Zafón)
- Ángeles y Demonios (Dan Brown)
- Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes)
- Los pilares de la Tierra (Ken Follet)
- La hermandad de la sábana santa (Julia Navarro)
- El señor de los anillos (J.R.R. Tolkien)
- El ocho (Catherine Neville)
- El último catón (Matilde Asensi)
- La conspiración (Dan Brown)
- Harry Potter y el príncipe mestizo (J.K. Rowling)
- El último merovingio (Jim Hougan)
- La Biblia (varios autores)
- El nombre de la rosa (Umberto Eco)
- El médico (Noah Gordon)
Veo mucho libro que no es precisamente del año pasado de igual manera que veo una cantidad desmesurada de consumo de novela histórica y de novela con historias sobre el cristianismo. Ésto lo podía saber acercándome también a El Corte Inglés y comprobando que estos son los temas que mas abundan en las estanterías. Para mí este fenómeno ha derribado una muralla ideológica que ya duraba dos mil años: la mitología cristiana. Y no creo que a la iglesia católica le guste esa definición pero es en lo que lleva camino de convertirse todo lo que predican si el ser humano sigue indagando en la vida de Jesucristo, en la eterna puja de Lucifer con Dios y en otros misterios que hasta hace poco eran objetos de sagrada veneración. No faltan, y ya tardan en llegar al gran público, las clasificaciones de seres como los ángeles que convierten la biblia y otros textos en un compendio de criaturas digno de competir con mitologías como la greco-romana o la nórdica.
Habrá quien piense que es horrible dar al traste con los sagrados misterios pero a nadie le asusta jugar con Hércules o con Thor. Ni con figuras de otras creencias como los genios (djinn), los elfos, las momias y otros miles. De hecho la cultura cristiana es la que menos ha valorado esta forma de apreciar sus historias y la que ha conseguido ocultarla más años. Y no me apeno, pero las historias mitológicas suelen traer enseñanzas y moralejas que, más allá de lo inmaterial y lo eterno, merecen ser escuchadas.
Me han dicho en varias ocasiones que aquel que no ha leído «Los pilares de la tierra» no ha leído nada. Es una afirmación de revista de tendencias, yo podría decir que aquel que no conoce la obra de Michael Moorcock no sabe nada sobre literatura fantástica y no es necesariamente cierto.
También me han dicho que esta novela escrita por Ken Follet trataba sobre la construcción de una catedral. A mí la arquitectura nunca me ha interesado, demasiado arte en una obra que solo miro con interés de ingeniero. La idea de un libro que me contara las vicisitudes y problemas que tenían en la edad media para construir una catedral no me atraía en absoluto. Sin embargo «Los pilares de la tierra» versa sobre la sociedad inglesa de la edad media. Nos habla de la vida de sus habitantes, desde los nobles y señores feudales hasta los humildes campesinos y los mismos proscritos. Veremos todo eso a través de los ojos de una veintena de personajes cuyas vidas se ven entrelazadas en una maraña de pactos y hostilidades, traiciones, amores, calamidades e intereses. Conoceremos de primera mano la vida en la corte, en los monasterios, en el campo y en la misma batalla y asistiremos a un retrato de aquella época que por momentos parece obtenido de primera mano. Y sí, hay una catedral, de igual manera que en «El señor de los anillos» hay unos elfos, y nadie dirá que la obra de Tolkien gira en torno a los elfos.
«Los pilares de la tierra», como ya he dicho, tiene una veintena de personajes principales a cada cual más interesante. Es difícil no sentirse identificado con uno y con cualidades de otros tantos. Es un libro que presenta una evolución de estos personajes, una cuidada trama que, como dice la contraportada, se inicia con el ahorcamiento público de un inocente y culmina con la humillación de un rey. Tiene, debo advertir, momentos muy tristes y confieso que hacía mucho que un libro no me hacía coger tanto cariño a alguno de los personajes, hasta el punto de que una parte de mi cerebro no quería seguir leyendo para no caer en alguna desgracia. Pero el hecho de que me haya pasado antes convierte en mito esa pretensión que tienen algunos de libro que debe ser leído a toda costa.
En conclusión, una trama elaborada pero no compleja, unos personajes de los que puede uno encariñarse y un relato que parece transportarte a aquella época. Muy recomendable. El libro es un préstamo personal, otro pedazo de cultura que leo gratis.
Hace no mucho tiempo estuve en una reunión nacional de gente joven con ganas de comerse el mundo. Uno de los carteles tenía un eslogan que decía algo así:«Los jóvenes de hoy liderarán el mañana»
Por aquél entonces yo estaba pasando por una época de pesimismo y al leer la frase sólo pude pensar «Y lo harán siendo viejos.».
Han pasado, calculo, cerca de dos años desde aquello y aunque soy consciente que no pasaba por mi mejor momento debo admitir que hoy sigo pensando lo mismo. Los jóvenes de entonces, los de antes y los del futuro consiguen llegar al poder, al liderazgo, a la toma de decisiones, cuando ya no son jóvenes. Y quizá este sea uno de los problemas de la sociedad, que los viejos ejercen un despotismo ilustrado bajo el que se proyecta lo mejor para las generaciones venideras sin contar con ellas. Y cuando esas generaciones superan la franja en la que pueden opinar la primera cosa que han aprendido es que deben seguir ejerciendo ese despotismo ilustrado para mayor beneficio de las generaciones venideras.
Esto pasa todos los días desde que la humanidad tiene memoria, Socrates, que murió en el 399 antes de Cristo, dijo:«Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.»
Si esa frase se puede aplicar a los jóvenes de hoy, dos mil cuatrocientos años después, es porque desde entonces arrastramos el mismo problema. Por eso cuando veo que se hacen políticas para jóvenes, que se toman decisiones para jóvenes o que se considera que hay un grupo de jóvenes dispuestos a cambiar el futuro no puedo evitar pensar en un futuro que seguirá gobernado por viejos que no recordaran haber sido jóvenes. Igual que los padres se olvidan de que han sigo hijos y los maestros olvidan que han sido aprendices.
Uno de los problemas que tuvieron los primeros profetas y elegidos fue aprender a distinguir la palabra de Dios de las voces del Delirium Tremens. Ahora la verificación de la palabra tan sólo se usa para demostrarle a la máquina que eres un ser humano superior y no otra máquina del tres al cuarto.Dice el señor Skyzos que los que somos miopes tenemos problemas con la verificación de la palabra y es que la máquina parece que nos detecta las dioptrías porque palabras como las que me ha presentado hoy son terribles vistas desde detrás de los culo de vaso:Menos mal que gracias a Firefox y a Image Zoom puedo ampliar las imágenes y demostrar que voy sobrio y que es Dios el que me hace responder los comentarios.
Este post me va a costar un pescozón este fin de semana pero me arriesgaré.
Leo en Libertad Digital dos casos de denuncia de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) contra salones de boda. En ambos casos la SGAE envió un detective a comprobar si se utilizaba música de algún miembro de la SGAE, si era así entonces el detective grababa el evento en vídeo y éste era aportado como prueba en el juicio. Lo que me extraña parte las sentencias de los juzgados. El Juzgado número 1 de lo Mercantil de Alicante dice: «las bodas no representan un acto estrictamente privado». Su homologo de Sevilla, por el contrario, dice: «una boda es un acontecimiento social "privado, propio y reservado" y sólo pueden asistir a él "quienes desean los contrayentes y son invitados"». Y aquí es donde yo me lío, no entiendo como dos juzgados que tratan la misma materia, ambos son de lo Mercantil, tienen opiniones contrarias sobre un evento tan común y tan antiguo en España como una boda.
A mí me gusta la informática y soy consciente de que la ley y los jueces no pueden estar al día de todo. Es perfectamente normal que no se aclaren al definir un blog. Pero las bodas en España no son de ayer, ni los banquetes con música, y esto me hace pensar que la justicia española tiene, entre otros, dos problemas:
- Que no se tipifican las cosas hasta que el delito o falta se ha cometido. Nadie sabe lo que es prevenir.
- Que dejar la interpretación de la ley en manos de personas da lugar a resultados opuestos en materias tan básicas como las definiciones. Un juez puede ver más daño que otro en una acción, es subjetivo, pero definir un acto como privado o público no debería estar sujeto a interpretación alguna.
Y no se que solución tiene esto, en las películas estadounidenses el segundo abogado defensor hubiera aportado la sentencia del primer juicio tratando de demostrar que existe una jurisprudencia. En España que yo sepa eso no funciona así, las sentencias no crean jurisprudencia. No se si habrá algún organismo o forma de presentar este problema de definiciones opuestas a algún tribunal superior. Supongo que de estas cosas se encargará el Tribunal Supremo pero no se si hay forma de que el ciudadano medio, en este caso los salones que tienen que realizar el pago o la SGAE puedan llegar hasta él.
Esta claro que no puede haber justicia cuando la sentencia no depende de lo que hayas hecho si no del juez que te toque.
ACTUALIZACIÓN 18:30 - Me he encontrado con un post excelente en Halón Disparado a cargo de Ender, se llama «Al "Fernando Alonso" de Pontevedra"» y expresa una opinión bastante clara sobre como se debe de aplicar el código penal y de como cree que se aplicará basándose en casos parecidos. Recomiendo su lectura.
Los que hayan cometido el error de ver la película antes de leer el libro se pueden quedar tranquilos, es posible leer "el cazador de sueños" y no sentir menos emoción que sin haber visto la película.
"El cazador de sueños" es un libro de Stephen King que se aleja de su terror más clásico para mezclar ciencia ficción con suspense. Una raza alienígena a venido a invadir la Tierra y tan solo un grupo de cinco amigos parece capaz de obstaculizar la invasión. Poderes telepáticos, seres de otro mundo con intenciones hostiles, una unidad del ejército a la que solo le preocupa no dejar alienígenas ni testigos y un plan que deben desbaratar estos cinco amigos antes de que sea tarde. Y como ya he dicho, una trama que se aleja de la película a partir del nudo y que sigue distinta en el desenlace.
Debo reconocer que no soy muy imparcial si digo que el libro me ha atrapado durante dos días ya que soy aficionado a la obra y estilo de Stephen King. Admito que he encontrado un libro suyo que me pareció superficial y otro que me resultó aburrido y que me faltan muchísimos por leer pero os recomiendo el resto. Este en especial, como ya he dicho, no os hará pasar miedo pero si que hace que uno quiera saber más y ver como termina la historia.
El libro, para que conste en las estadísticas, es mío, lo compré en una colección de RBA, creo que es el fascículo 2 y me costó unos 8 €, aunque no lo puedo asegurar es el segundo fascículo y me costó 8 euros (dos libros, 4 euros cada libro).
Ya he leído las Crónicas de Narnia, la obra más famosa de C.S. Lewis, y debo decir que me han gustado sin llegar a encantarme. Tienen un tono infantil que puede no terminar de gustar al lector adulto y se nota que están contadas para niños. No son desde luego comparables en estilo a la fantasía que estoy más acostumbrado a leer. Sin embargo me ha gustado mucho la idea de un país con seres maravillosos como faunos, centauros, gigantes, animales parlantes de todas clases, y otros. Me gusta que Narnia no sea todo un inmenso mundo si no un pequeño país al lado de un gran imperio, Calormen, dominado por humanos no muy nobles.
El gran león Aslan creó Narnia y ha sido su guía y benefactor desde entonces, fue él quien coloco a los cuatro primeros humanos como reyes de Narnia y quien ha mandado ayuda desde nuestro mundo a Narnia cuando Narnia ha estado en peligro. La ayuda que Aslan manda es siempre en forma de niños y consejos y es grato comprobar como las aventuras cambian partes de la personalidad de los niños, aunque respetando los rasgos principales de los mismos. Todas juntas pueden llegar a cansar pero si se leen las siete crónicas por separado se nota que son breves y fáciles de leer, ideales como lectura ligera y como una manera de acercarse a la fantasía y a la aventura sin verse envuelto en grandes conflictos bélicos.
La edición que he leído contiene los siete libros en un mismo tomo de grandes dimensiones y con ilustraciones. Su tamaño no lo hace muy conveniente para el público infantil al que está dirigido pero yo lo he leído con facilidad. El orden de las Crónicas de Narnia es el que el mismo C. S. Lewis consideraba correcto y que no es el mismo que el orden de publicación de las mismas. Es mío y me costó 54€.
En el reportaje "Bowling for Columbine" hay un momento en el que Michael Moore viaja a Canadá para comprobar lo que el considera un leyenda estadounidense: En Canadá la gente no cierra la puerta de su casa. Llega a Canadá y el mito es cierto, la gente no tiene miedo a atracos ni a allanamientos y tiene la puerta abierta, cualquiera puede colarse. Es un dato asombroso, al menos para el documental.
En el pueblo de mis abuelos siempre he conocido esta práctica. Las puertas de las casas siempre han estado abiertas y todo el mundo ha sido educado al entrar. Y no es porque la puerta se pueda vigilar con facilidad, todo lo contrario, áreas de uso común como la cocina están casi siempre en la otra punta de la casa. De casa de mis abuelos hubiera sido realmente fácil entrar y robar el televisor sin que nadie lo impidiera. Y no es que esto solo se aplique a los pueblos pequeños (el de mis abuelos tiene más de diez mil habitantes) la misma tendencia a tener las puertas abiertas la he visto muchas veces en los barrios más periféricos de Murcia, los que todavía conservan casas en lugar de pisos o adosados.
Lo que si me asombra es que en las películas y series estadounidenses las puertas estén constantemente abiertas, especialmente si se trata de pisos, como en Friends. Supongo que será una licencia artística para que los personajes puedan entrar y salir de las escenas sin estar llamando al timbre cada diez minutos.
Si hay una serie que ha causado impresión esta temporada televisiva es House. Se emite por Canal Cuatro y la semana pasada concluyó la primera temporada. La serie narra la vida del doctor Gregory House y sus colegas. Es una serie de médicos de alto nivel, el doctor House dirige la unidad de diagnóstico del hospital y a sus manos llegan casos que nadie puede diagnosticar. Junto a su equipo trata de averiguar lo que le pasa a pacientes que, al no tener un diagnóstico, suelen llegar en un estado muy grave. He dicho que era una serie de médicos de alto nivel, como les llegan los casos más complicados las enfermedades que barajan son desconocidas para el público medio, aunque tras casi treinta episodios parece un conjunto reducido y repetido. Y las pruebas para el diagnóstico son las más caras y avanzadas, tomografías, cromografías, análisis complejos, y maquinaria realmente cara. Baste decir que en un episodio se refieren a una radiografía como: "una técnica del siglo pasado que ya no se utiliza".
Lo que ha enganchado a la serie, por supuesto, no es el despliegue médico si no sus personajes y principalmente el doctor House. Greg House es sincero hasta lo desagradable, es descortés y cínico, se comporta como si fuera un genio y se apoya en el hecho de que siempre tiene razón. Tiene que soportar una cojera que le hace llevar bastón y sufrir un dolor constante fruto de un mal diagnóstico y eso lo hace ser incluso irritante.
Pero no todo van a ser buenas noticias, en algún lugar del manual del contador de historias pone que el mal no puede triunfar y Gregory House traspasa la línea del bien y del mal cada vez que le apetece. Registros ilegales en casas ajenas, malas prácticas con los pacientes, velados insultos a los colegas y pacientes, desprecio por la intimidad ajena y por toda práctica ética. Cualquiera diría que es mala persona. Así que los guionistas, tras consultar el manual, han decido hacer lo más razonable: dar un motivo al comportamiento de House. Además han ido hilando lo menos razonable: cambiar al mal doctor. Lo primero es interesante porque te ayuda a profundizar en los personajes, conoces sus problemas personales y las tribulaciones pasadas que los han llevado a ser como son. Lo segundo no me gusta nada, cuando un personaje como House empieza a intentar mostrar sentimientos por exigencias del guión queda forzado y pierde gran parte del encanto. Y es un buen motivo para que la serie no me guste tanto como al principio.
Desgraciadamente hay otro motivo. No se como llamarlo, ni si consta en el citado manual, yo lo llamaría el Síndrome de Primero de Carrera. Ocurre cuando un profesional que a lo largo de una historia ha demostrado grandes conocimientos en su campo de repente olvida las cosas elementales, las de primero de carrera. No sería razonable que el ingeniero jefe del Enterprise olvidase el principio de conservación de la energía. No sería razonable que MacGyver olvidase la formula de la velocidad. Y no ha sido nada razonable que un miembro del equipo del doctor House haya cometido el error que ha cometido hoy y se haya expuesto voluntariamente a una enfermedad mortal. Ha sido prácticamente como lamer una de esas láminas que se ponen bajo el microscopio. La serie ha perdido todo el encanto médico.
Así que perdidos el encanto médico y gran parte del encanto personal del doctor House no se si merece la pena seguir viéndola. Lástima, para una serie que me gustaba.
Dijo una vez el oráculo de Delfos: "Conócete a ti mismo". Aproximadamente al mismo tiempo (que no quiere decir el mismo día si no en el mismo período de pensamiento) los chinos acuñaron un proverbio: "Dentro de mí hay un hombre que esta en mi contra".
Soy una persona que ha aprendido de sus padres a guardar las facturas, los contratos, los recibos, las nóminas, etc... Todos los datos relacionados con el dinero están custodiados, ordenados y accesibles en un archivador. Afortunadamente no son muchos.
O eso pensaba yo, esta mañana me he lanzado a poner al día los papeles de los últimos meses que estaban sin ordenar. Yo calculaba que habría datos de todo el año, quizá de antes de Navidad pero me he llevado una sorpresa, había papeles de mediados del 2003 en adelante. No puedo ni recordar la cantidad de cosas que me han pasado en este tiempo pero desde luego ninguna que justifique este abandono de una tarea que requeriría unos diez minutos al mes y no más de una hora al año. Esta claro que me he pasado los tres últimos años dejando algunas cosas "para mañana" y esto no puede seguir así.
Yo se lo que necesito, necesito un horario, marcar en el calendario el día de ordenar los papeles pero voy a probar otra cosa: a ordenarlos según aparezcan en el buzón. ¿Qué necesitáis vosotros? Y no me digáis que no sois como yo, alguno se escapará pero estadísticamente la gran mayoría tendréis papeles sin ordenar (una pila), libros sin leer (comprados hace más de un año), ficheros en el ordenador de hace años (que jamás habéis mirado y que no sabéis por qué los guardáis), canciones en vuestro reproductor de 40 gigas que no habéis llegado a escuchar, y otros tantos ejemplos.
Me gustaría saber si la procrastinación se ha convertido en un mal endémico de la sociedad avanzada o si se va a convertir. Y de ser así cuál será la explicación histórica, quizá seamos conocidos como el Siglo del Día de Mañana.
Hay una frase de Cels Piñol en la introducción de "Cambotero" que me ayudará a comentar este libro:Crear una parodia de una película de culto es fácil. Sacas a los personajes de contexto, les pones nombres horteras y los caricaturizas, una pequeña ración de tetas y culos, das la vuelta al guión original y te rompes un poco la cabeza para incluir buenos chistes.
Michael Gerber, el autor de "Barry Trotter y la parodia desvergonzada" no consigue ninguno de los objetivos, ni ha conseguido sacar a los personajes de contexto, creando meras copias de los originales. Ni los nombres son divertidos, y eso teniendo en cuenta el noble trabajo del traductor. No hay tetas ni culos y ni tan siquiera tiene un chiste bueno. Tan pobre es el trabajo que esta parodia, donde el autor no necesita mantener coherencia o verosimilitud alguna, termina con un Deux ex Machina terrible.
Y el argumento prometía: Barry Trotter tiene 22 años y sigue viviendo en la escuela de magia de Jóbars. Gracias a la fama que le han otorgado los libros de J. G. Rollins se le permite vivir en el colegio sin hacer nada y siendo un auténtico gamberro. La única nube en el futuro de Barry es el estreno de una película basada en su vida, una película que, en palabras del director Balvo Balbuceador, podría traer el cierre de Jóbars y obligar a Barry a buscar trabajo.
Pero eso es todo lo que tiene el libro, una vaga promesa. Es aburrido por todas partes, no tiene gracia ni en sí ni en la visión distorsionada que presenta como parodia. Creo que es el primer libro que desde este blog no recomiendo. Ahorraros el disgusto.
Es normal que los músicos levanten una cierta admiración, sacan sonidos maravillosos de donde el mortal medio no saca nada, o tan solo quejidos. Los músicos famosos tienen más imán, es mucho más fácil querer ser como ellos porque, además de música, tienen otras muchas cosas, principalmente dinero. Pero llegada la posibilidad ¿qué músico querría ser?
Siempre esta el educado músico clásico, el que toca las composiciones mas tradicionales, el que se marca los solos en los conciertos, el del noble piano, el versátil violín, la dulce flauta.
Está el heavy, el que lo mismo te berrea dos horas seguidas sin que nadie le entienda, hablando de guerra, muerte y veneno, que se te marca media docena de baladas de amor acompañado de su fiel guitarra eléctrica.
Tenemos la estrella de lo que se llama pop-rock, estos también tocan lo mismo una rápida que una triste, pero procuran no berrear y no hablar de muertes violentas.
Puedo ser uno de los góticos, vestidos de negro, con las caras blancas y despeinados, su sola presencia ya evoca la tristeza y aunque la melancolía es su feudo no dudan en sorprender con alegres baladas que marcan un claro contraste con su aspecto. Los góticos también pueden ser felices.
Pero si hay un tipo de músico famoso que me gusta es el rapero. El rapero puede hablar de lo que le venga en gana, si le apetece hacer un disco alabando las curvas de las mujeres como si quiere retratar la dura vida en los suburbios. Como puede cantar sobre lo que le de la gana puede vestir como le de la gana. puede hacer un videoclip con un traje y el siguiente con un chandal y una cadena de oro. Y puede vivir donde le de la gana, un rancho, una mansión, un ático. El rapero hace lo que quiere, es un espíritu libre. Y puede ser perfectamente un borracho y un drogadicto o pasarse los días cuidándose, los primeros metrosexuales rapeaban. Creo que si tuviera que elegir sería un rapero famoso, alguien como Shaggy, que para estas cosas es mi ídolo.
El último libro que he leído es Harry Potter y el Misterio del Príncipe, sexto y penúltimo de la saga creada por la genial J.K. Rowling.
Harry Potter y El Misterio del Príncipe es un libro atípico en la forma de ser narrado, pasa de ser trepidante como los anteriores a ser intrigante. Hay acción, por supuesto, pero hay un componente de sospecha y conjetura que es muy de agradecer, se nota que, una vez más, el libro madura con los lectores. La trama no gira en torno al Príncipe Mestizo si no que se bifurca en más de un frente siendo el Príncipe Mestizo uno de dichos frentes. El libro nos lleva a través de los orígenes de Lord Voldemort, nos enseña las nuevas atrocidades de los mortífagos, nos atrae con el dilema de el Principe Mestizo y muestra algún subargumento propio de Howgarts, nuevas parejas, el torneo de Quidditch, el nuevo profesor, etc... No cuento más por no destriparlo.
A mi me ha gustado mucho, esta por debajo de mi preferido pero lo recomiendo a todos los que estén siguiendo la saga con dos advertencias. Hay que tener en cuenta al abrir el libro que es el penúltimo y la saga se queda pendiente de un gran final, es una sensación extraña terminar el libro y quedarse a medias. Y también debo advertir que tiene un final triste como corresponde al interludio, las fuerzas del bien se dan cuenta de lo rápido que crecen las fuerzas del mal y deben planear un contragolpe. Teniendo en cuenta estas dos recomendaciones y sabiendo que para el último aun faltan, calculando a ojo, casi dos años no se que esperáis para conseguir un ejemplar. Yo personalmente lo he sacado de la Biblioteca Regional, este año esta siendo mi principal proveedora.
Me declaro seguidor de Spiderman desde que mi madre me lo cosió en un pijama cuando yo era pequeño. Luego, mientras aún era un imberbe, tan solo pude leer los tebeos que me dejaban y me gustaba Spiderman y todo lo que publicaba Marvel. Ya con barba tuve acceso a suficiente dinero como para comprar tebeos y gracias a las sabias reediciones de tebeos antiguos que llevó a cabo Comics Forum (una división de Planeta De Agostini Comics) en la línea Excelsior he conseguido reunir una gran cantidad del material clásico de Spiderman, y de otros superhéroes. Actualmente sigo comprando tebeos y varios son de Spiderman, uno de ellos es Ultimate Spiderman.
Hay que aclarar para los ajenos a este mundillo que tebeos como Spiderman tienen más de cuarenta años. Era difícil que las generaciones actuales comprendieran o apreciaran tebeos de los años 60 y 70 en los que todavía se habla de "El telón de bambú" para referirse a China o en los que las mujeres son meros objetos de rapto. La línea Ultimate pretendía volver a contar las historias de los clásicos desde un punto de vista más actual y tomando las suficientes licencias como para no volver a dibujar las mismas historias. De esta manera los personajes de toda la vida ya no explicaban sus poderes con misteriosas radiaciones, si no con genética. Y se cambiaban aspectos de los personajes desde superficiales, como un cambio de raza o de sexualidad, hasta los más profundos, como los orígenes o las identidades secretas.
Como fan de Spiderman compré Ultimate Spiderman y debo decir que no me ha gustado por lo general. Ha tenido momentos muy bueno, y algunos de los giros argumentales han sido mucho mejores que los originales, pero lo general, el meollo de la historia, ha sido cambiado tanto que a mi me ha parecido mera profanación. Lo más triste es la carencia de identidad secreta de Spiderman, un baluarte en el Spiderman original es aquí motivo de burla, prácticamente no queda nadie en el universo Ultimate que no conozca la identidad de Spiderman. Por este motivo, y tras concluir Panini Comics la primera etapa de Ultimate Spiderman, he decidido dejar de comprarlo, no empezar el "Volumen 2", y dedicar ese dinero a otra cosa, quizá otro tebeo.
Siempre he pensado que la gente deseaba jubilarse por darle un descanso físico al cuerpo. Es razonable que treinta años de trabajo dejen una profunda huella y también es razonable pensar que conforme se acerca la edad de la jubilación más se ansía ésta. Pero desde que trabajo en serio, o medio en serio, me doy cuenta de que muchísima gente aspira a jubilarse antes incluso de haberse cansado. Y no es que se diga de broma, es que de verdad se desea la jubilación. La semana pasada dí un paso más hacia la verdad en este escabroso problema: No es el cansancio físico sino el agotamiento mental lo que nos hace aborrecer el trabajo.
No es un problema de trabajar mucho con la materia gris, que nadie se confunda, se trata, simplemente, de ver como esa materia gris queda constreñida en una madeja de empleos que podrían ser desarrollados por monos amaestrados y que son dirigidos por monos sin amaestrar. No es que el cerebro se sienta abrumado ante la inmensidad del problema, es que se da cuenta de que el problema, con todo lo pequeño y fácil que es, no tiene solución. Como decía Sartre, «el infierno son los demás».
Todo esto viene a cuenta de como la empresa ha llevado el asunto de mi cese. Yo estaba cubriendo una vacante por excedencia del titular y sabía que aquello se acababa, no ha sido la finalización del contrato lo que ha enfadado. También se que el titular para incorporarse tiene que pedirlo con una antelación mínima de quince días, tiempo que tiene la empresa para notificarme a mí el cese. Sin embargo el cese se me notificó de manera oficial el mismo día que cesé, el viernes pasado, la primera en la frente. La empresa demuestra así que no tiene interés alguno en mi vida privada, le da igual si yo tengo que hacer planes para el fin de semana, para una semana vista o si tengo que aceptar alguna otra oferta de trabajo. Saberlo de antemano no hace desaparecer el daño.
Cuando mi jefe me da el cese, el viernes a las 7:30 de la mañana (hora de entrada) me dice que lo firme. Le digo que lo firmaré y subiré a Recursos Humanos tan pronto como lo revise con mi representante sindical. Fue decirlo y desatarse la pasmosa ira de los dioses, pasmosa porque el jefe tenía cara de pasmo, como si aquello de "representante sindical" fuera una blasfemia. En menos de cinco minutos entre él y un testigo firmaron que me negaba a rubricar el cese y lo subieron a RR.HH. Y entonces descubres que tu jefe, el que te dice "Echame una mano con esto que si no me tengo que quedar hasta las tantas" tampoco se preocupa de tu vida privada, ni de tus planes, ni de tus intereses laborales. La segunda en la frente.
Comentando esto con representantes de los dos sindicatos mayoritarios de la empresa (estoy afiliado a uno) me explicaron la que voy a catalogar de tercera en la frente: Si denuncio ganaré, llevo razón, pero me puedo olvidar de volver a trabajar en la empresa. Y ya no es el hecho lo que me duele, no se trata de trabajar como hace cincuenta años, cuando no había democracia, no había derechos y los sindicalistas eran unos señores con rabo y tridente a las ordenes del demonio comunista. Lo que duele es que los sindicatos, los que están aquí para erradicar esos comportamientos, lo digan tan convencidos y tan tranquilos como si te comentaran que tienes derecho a una pausa de veinte minutos. Como si «el que demande a la lista negra» fuera parte del convenio colectivo. Creo que a los sindicatos tampoco les intereso, ni mi vida, ni mis derechos laborales.
Así que aquí estoy, con menos de treinta años y deseando salir de esta maquinaria rota que nadie quiere reparar. A nadie le importa si los piñones machacan a un eventual de vez en cuando, a nadie le importan sus derechos o los de los demás. A partir de ahora tendré que decir como esos compañeros jóvenes que desean jubilarse: «me engañareis en el sueldo pero no en el trabajo». Espero acordarme la próxima vez que la empresa y los que no se interesan por mí me pidan un favor "para no tener que quedarme hasta tarde".
Vamos a comprobar el resultado del experimento con relojes que iniciamos hace una semana. Lo primero es sincronizar el reloj del ordenador con el mismo servidor atómico de la última vez y comparar. Así están los relojes comparados con el del ordenador:
- Un reloj de pulsera de diario (Casio F91-W): 2 segundos adelantado
- Otro reloj de pulsera de diario (Casio W-59): 1 segundo adelantado
- Un reloj de pulsera elegante (Lotus). El único analógico: 1 segundo atrasado
- El reloj del móvil (Siemens S-55): 7 segundos adelantado
- El reloj del PDA (Palm Zire 21): 10 segundos atrasado
- La radio despertador (Firstline): 5 segundos adelantado
- El reloj de la cámara fotográfica (Sony DSC-V1): Sigue sincronizado
Este experimento no tiene, como supondréis, validez científica. Habría que realziar muchas más mediciones para poder poner algo serio. Pero si hablamos de experimentos para andar por casa podemos ver algunas cosas. La cámara de fotos es la que mejor ha aguantado la semana con una sincronización perfecta. Los relojes de pulsera con diferencias de uno o dos segundos no dan datos relevantes, esas diferencias pueden deberse a errores de sincronización o a la diferencia de comprobación que les estoy haciendo a ojo. Los otros tres resultados si me parecen curiosos, son diferencias lo bastante grandes como para ser errores humanos y tanto el móvil como el PDA son lo bastante modernos como para tener mejores relojes internos. Si la medida es buena el móvil adelanta seis minutos al año, lo suficiente como para llegar tarde o como para equivocarte de tarifa al llamar, y el PDA atrasa casi 9 minutos al año, no te hace llegar tarde pero es un valor muy considerable.
El experimento no ha dado para más porque no pienso hacerlo más veces, lo que si queda claro es que hay que tener cuidado con los relojes, nos pueden jugar una mala pasada a lo largo de un año.
Esta tarde he bajado al Mercadona a hacer una compra y al ir a pagar tenía delante una persona con una compra muy llamativa. Para empezar, según yo iba viendo las cosas, una botella de ron Cacique, muy rico, una de Coca-Cola de dos litros, para mezclar, y otra de Sprite de dos litros. Esta no se si es para mezclar porque yo nunca he probado el ron con Sprite, a ver si alguien me puede decir si esta bueno. Dos bolsas de pipas y una de cacahuetes fritos con miel ligeramente salados, cuidado, tanto salado da sed y se ingiere más alcohol de la cuenta. Y lo último, primero en la cola de productos, un bote de desodorante AXE. Se deduce que la fiesta será mixta.
Los primeros pasos estaban claros, algo de beber, algo para mezclar y algo para picar. Yo mismo he hecho de anfitrión en varias de estas y he asistido a otras tantas. Saber que la fiesta era mixta me ha costado un poco más porque no tenía claro si el desodorante AXE funciona también con hombres. En los anuncios no se nombra y eso ya es una pista pero la puntilla ha sido que no recuerdo desodorantes de mujer que sirvan para atraer hombres. Los desodorantes de mujer lo que hacen es eliminar el mal olor y dejar sensación de frescor sin irritar, los de hombre atraen a las féminas cosa mala, al menos en los anuncios. La fiesta, por tanto, debe ser mixta.
Me ha llamado la atención a la postre este descubrimiento sobre desodorantes. Podríamos pensar que las mujeres no necesitan de ayudas externas para conseguir ligar, pero las colonias y perfumes nos dicen otra cosa. Podríamos pensar que el hombre ha perdido el sentido del olfato pero somos capaces de seguir perfectamente el rastro de una presa en forma de churrasco, bravas o paella. Creo, en mi modesta opinión, que las mujeres usan desodorantes sin olor para que no se mezcle con el perfume. Los hombres, que somos criados para ser auténticos desastres, mezclamos el desodorante con la loción para el afeitado, con la colonia e incluso con la gomina. Todo un espectáculo olfativo.
Todo lo que dije para "El dardo en la palabra" vale para esta continuación: "El nuevo dardo en la palabra". El libro recoge los artículos de Fernando Lázaro Carreter de los años 1999, 2000, 2001 y 2002. Es bastante más breve que el anterior y su lectura es mucho más rápida, al estar más cerca en el tiempo trata temas más cercanos y fáciles de encontrar. Podría ser una buena manera de acercarse a estos artículos sin tener que enfrentarse al primer volumen. Sin embargo el autor utiliza constantemente ejemplos anteriores de manera irónica por lo que si se comienza por este libro nos perderemos algunos de los comentarios y de los giros más ocurrentes.
Otro libro que he leído gracias a la Biblioteca Regional de Murcia y que, junto con el anterior, ya ha sido devuelto.