04 abril 2007

El niño malcriado

Ahora estamos viviendo la moda de los niños gordos. Después de arrasar con la anorexia, con el tabaco, con el alcohol, con la violencia y con los ordenadores en general la sociedad ha puesto el punto de mira en los gordos. Primero atacan a las prole, luego exterminan a los adultos.

Un niño de tantos años o meses con tantos quilos. Los padres o tutores a juicio y podrían perder la custodia. Todas las noticias son iguales. Que si el niño no lleva una vida normal, que si tendrá problemas como diabetes, dolor articular, muerte prematura. Y sobre todo, que tiene problemas para adaptarse al grupo porque los otros niños se meten con él. Y esto último es lo que me exaspera.

Si los demás se meten contigo la culpa es tuya. Tan tuya que te cambiaran de colegio, de ciudad. Tanta culpa que tus padres perderán la custodia. Tanta culpa que sin comerlo ni beberlo te verás en manos del gobierno en algún centro de internamiento lejos de todo lo que conocías. Es curioso, le hacen lo mismo a los asesinos. Va siendo hora de que el Ministerio de Educación coja el toro por los cuernos y se atreva a decir, y a legislar, lo que es obvio: El niño que maltrata, agrede, insulta, ofende, etc.., es el niño que está siendo malcriado. Es el niño que debe ser alejado de los demás, alejado de sus sufridos compañeros de colegio. El que debe ir a parar a un centro de internamiento, donde le aplicarán una terapia para que aprenda a vivir en sociedad. Y si los demás no le gustan se aguanta y se comporta.

Porque el niño gordo no causa que se metan con él, cuando no este gordo estará delgado, o llevará el pelo largo, o corto, o llevará gafas, o aparato en los dientes, o no será bueno en algún deporte, o será mal estudiante, o demasiado bueno, o leerá libros, o no irá a los estrenos de cine, o le habrá venido la regla, o no le habrá venido todavía, o tendrá pelo, o seguirá sin tener, o sus padres serán demasiado cariñosos con él, o le faltará alguno, o será del equipo de fútbol equivocado, o será del correcto pero no tendrá derecho, o tendrá un acento de fuera, o demasiado acento de dentro, o sus padres tendrán un trabajo cutre, o demasiado bueno, o será tartamudo, o cantará bien, o ya se buscarán algo los demás para meterse con él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se puede decir más claro. Tienes toda la razón y no lo podías haber expresado mejor.
Amén, reverendo.



Saga.

Anónimo dijo...

Yo me incluyo. Nací en el 79. Pertenezco a una generación a la que se nos ha dado todo hecho.
1. Si tenía un problema, mis padres me lo solucionaban por mí.
2. Tareas domésticas: Desde pequeñito deben asumirse, si no después será tarde.
3. No se enseña que la felicidad viene por los logros conseguidos por uno mismo, sino que si haces algo te compran algo como premio. Felicidad artificial de consumo.