Desde hace un tiempo vengo pensando que la libertad de expresi�n, en particular la libertad de expresar opiniones, deberia ser eliminada o al menos cambiada. Las opiniones particulares debieran ser como el sexo, una opci�n que se puede practicar libremente en �mbitos privados y nunca en la v�a p�blica. Las opiniones quedarian as� relegadas al ambito familiar y al c�rculo de amigos o personas de confianza, alejandose para siempre de los medios de comunicaci�n y de los canales oficiales de difusi�n de informaci�n.
Los medios de comunicaci�n entonces se limitarian a exponer hechos sin matizarlos ni sazonarlos. Se acab� el decir que una cosa es buena o mala, simplemente se describe el hecho y punto, que cada uno forme sus propias opiniones. Nada de opinar, por ejemplo: "Es un grave error que lo que es una reforma constitucional se pueda tramitar como una reforma estatutaria, porque no lo es. Es una Constituci�n que modifica nuestra Constituci�n espa�ola" (Eduardo Zaplana, fuente: El Mundo), cuando el hecho es que el estatuto no puede modificar la constituci�n porque es una ley menor, en todo caso y de aprobarse tal y como est� podria ser recurrido por incostituncional como pasa con otras leyes.
Este m�todo tiene una ventaja, al no dar opiniones a los ciudadanos estos se ven forzados a revisar los hechos para tener opini�n propia, se acab� el ver como dos seguidores de dos partidos pol�ticos repiten los discursos de sus dirigentes. Se acab� el pagar a los pol�ticos para que piensen por nosotros y se acab� el considerar alborotador a todo aqu�l que tiene una opini�n que no sale por televisi�n.
El m�todo no es perfecto, los hechos pueden ser presentados de manera que disten de la verdad, pero es un paso hac�a adelante en un camino que necesitamos recorrer como personas y que la sociedad nos impide realizar.
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