Esta ma�ana he ido a un edificio de esos de la administraci�n p�blica a comprobar si era posible retirar un documento que necesitaba. Nada m�s llegar y ante la ausencia de letreros indicadores fuera del edificio y teniendo en cuenta que hay dos edificios iguales he optado por el que estaba a la derecha y le pregunta al portero que amablemente me indica que el sitio a donde voy esta en la segunda planta.
Encamino mis pasos hacia lo que parece un cruce entre ascensor y montacargas por un pasillo pintado del color de la tristeza y llego hasta el engendro met�lico que debiera subirme hasta mi destino pero se burla de m� con una botonera en forma de sonrisa mellada donde solo existen n�meros impares.
Las escaleras plantean un interesante reto no por el tama�o si no por que realizan dos giros extra�os intentando confundirme. La segunda planta esta pintada del mismo color de la tristeza pero tiene menos luz, me planteo si en alguno de los giros he bajado en vez de subir. Hay un cartel indicador que me indica el camino, sin embargo las letras son del color del burl�n elevador y desconfio.
A traves de la garganta que forman las paredes y el techo llego al vientre de la bestia, mi destino. Alguien ha elegido un color distinto tratando de atrapar la escasa luz con fronteras blancas pero el tiempo ha sido cruel y tengo la sensaci�n de estar en la boca y no en el vientre, y los dientes de este monstruo estan cubiertos de sarro amarillento.
En este lugar habitan unos seres vacios, intento hacerme entender pero las palabras no llegan hasta ellos, se pierden sin eco en este aire que parece negarse a moverse. Uno de los seres tiene una chispa de luz, no ha tenido tiempo de consumirse y me ayuda. Se debate entre darme lo que es m�o y empujarme a la salida, antes de que sea demasiado tarde, o entretenerme lo m�s posible, confiando en que mi energ�a se repartir� entre el resto de seres. Al final la chispa cede y me otorga mi recompensa antes de extinguirse.
Me doy la vuelta y trato de salir, pero algo ha cambiado en esta marisma de la desesperaci�n, creo que mis sentidos me enga�an pese a que conf�o en desandar mis pasos. Vuelvo a la garganta y veo al fondo las escaleras, ni siquiera recuerdo hacia que lado fueron los giros, simplemente me dejo llevar y llego al vestibulo, resisto el impulso de comprobar los botones del ascensor, no quiero que vuelva a burlarse de mi. El portero sigue all�, me saluda pero no detecto nada raro en su mirada mientras salgo a la calle.
Y al cruzar el umbral noto que algo ha cambiado en m�, o en el edificio, y que si volviera a entrar, todo ser�a distinto, aunque no mejor.
4 comentarios:
Jod�o, no me dijiste nada, anda que no me hubiera re�do ni n�. Hab�a ascensor para los n�meros impares y, a la derecha, los ascensores para los pares, porque el edificio triste tiene 14 plantas y as� se acorta espacio, jejeje.
me pica la curiosidad �de que edificio estamos hablando?
A mi tambien , es real o es una pesadilla despues de fumar algo sin marca.
Pues es muy real, es el afamado Edificio Alba, sede del Juzgado de lo social n�mero 2 y de verdad que lo del ascensor me dej� impactado.
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