25 octubre 2005

El arte del insulto

Es cierto que el post Gentuza queda hu�rfano y parece que me insultaran antes de escribirlo. El caso es que lo escuch� y me d� cuenta de la perdida de calidad que tenemos los castellano parlantes en cuanto a insultos. Hemos pasado a imitar los reducidos insultos anglosajones, apenas cuatro palabras, acabando siempre recurriendo a la honestidad de la madre, de la esposa o a la escasa higiene personal de cada uno. Palabras como gentuza han desaparecido, los sin�nimos de debilidad han quedado relegados por adjetivos que indican homosexual. Lejos est�n los pusil�nimes, los flojos, los enclenques. Cualquier intento de llamar caradura, fresco, vivo, sinverg�enza y otros apelativos del g�nero quedan eclipsados por el uso de la palabra que designa al macho ovino corn�peta.

Es importante dejar de llamar dorado al cobre, de pensar que el dur�simo diamante es irrompible y que un tipo de metro noventa, casi cien kilos de bronc�neo m�sculo y homosexual es d�bil. Y no s�lo nos lo debemos a nosotros, si no que se lo debemos a todos aquellos dignos de un insulto, seguro que conoc�is unos cuantos ejemplos.

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