08 diciembre 2006

Acompañamientos

En esta última semana he aprendido que si un hombre acompaña a una mujer a un sitio (a su casa, a su trabajo, a una reunión, etc...) con el único fin de asegurarse de que ella llega bien, quiere decir, en realidad, que antes ha habido un contacto íntimo. Al parecer la caballerosidad ha muerto, y el egoísmo de acostarse sabiendo que los seres queridos duermen calentitos y a salvo en sus camas también. Tan solo queda una especie de quid pro quo bastante corrupto. Si hay encuentro íntimo estás obligado a acompañarla a su destino. No se si la intensidad del encuentro íntimo influye en la distancia a recorrer. Ni tampoco si este fenómeno obedece a una norma moral, a una teoría física, a una costumbre social o a una de esas leyes metafísicas que no tienen explicación.

Lamentablemente no puedo decir si el contrario se cumple, es decir, si acompañar a alguien a su destino da derecho a un encuentro íntimo. Espero que no porque como no tengo coche me han traído (acercado que dicen aquí) a casa multitud de veces, necesitaría como un año para devolver lo adeudado. En cualquier caso tendré que buscar una alternativa para acompañar a la gente, que luego son todo habladurías. Quizá un disfraz, como en los tebeos.

5 comentarios:

elv dijo...

La verdad es que yo siempre agradezco que me acompañen a casa, en algunos casos me considero machista, me gusta que me dejen pasar, que me arrimen la silla y que me recojan y escolten hasta casa...creo que soy de las pocas mujeres que echan de menos los caballeros andantes...aaaay!!!

josuered dijo...

Pues caballeros ya quedamos bien pocos. Es una lástima.

Ayer acompañé a una señora hasta la parada del autobús y esperé con ella a que éste llegase. No se si eso me da derecho a algo o si con mi comportamiento daremos que hablar en el pueblo. El tiempo lo dirá.

Anónimo dijo...

Si quedamos poquitos.

Anónimo dijo...

El que se acompañe a otra persona para que no vaya sola no tiene porque indicar que haya habido un contacto físico anterior. Lo que lo indica claaaaaaramente es la actitud, las miraditas y ese cartel en la frente con luces de neon que reza así: ¡Qué no se me note!...
NO firmo que ya sabes quien soy
P.D. yo nunca he vuelto a solas a casa y no por eso me he liado con media Murcia.

Anónimo dijo...

Los acompañamientos pueden ser similares a los de otras ocasiones, pero lo que dice el anonimo es cierto, hay cosas que se notan, no hacen falta que nadie te las explique. ( En mi caso muchas vece3s sí )