Leo con gran preocupación que seis institutos riojanos regulan el modo de vestir de sus alumnos. Los pobres se han visto obligados a perseguir y prohibir, incluso fuera del reglamento, las prendas que no son decorosas, las gorras, las bragas que se ponen en el cuello, y cualquier otra prenda que no sea respetuosa. Ante la falta de poder sancionatorio estos nobles y aguerridos guardianes del honor de nuestros adolescentes han tenido que recurrir a enviar a los alumnos a casa para que se cambien. Y a avisar a los padres.
Digo que en mis tiempos esto no pasaba y alguno estará pensando que mi generación tenía más respeto, más pundonor y menos ganas de enseñar carne (que no de verla). Pero a lo que yo me refiero es que en mis tiempos enviar a un alumno a casa era ilegal, porque atenta contra su derecho a la educación, y harto peligroso, porque si le pasa algo en ese instante el responsable es el centro o educador que lo ha enviado a su casa. Supongo que ahora ya no es así, ahora dejar un hijo en un centro educativo equivale a que lo maltraten los compañeros, lo ignoren los profesores y te lo envíen los directores a casa si consideran que la ropa que tú le compras no es adecuada. Y lo peor es que no puedes elegir no enviarlo al colegio o al instituto porque te obliga la ley.
2 comentarios:
Pues yo sí que recuerdo que en mi instituto la Jefa de Estudios prohibió a un chico hacer un examen porque iba con bermudas. Y no me refiero a bermudas playeras, no, sino a un pantalón de tela fina, a la altura de la rodilla, con su cremallera, su cinturón, etc. Le dijo que eso no eran maneras de ir a clase.
No me parece mal que se recojan unas normas de vestimenta para asistir a clase, aquí en España eso sólo se ve en los colegios privados, pero, por ejemplo, en Japón todos los colegios tienen uniforme. Y lo que no me parece correcto es cómo van vestidos algunos y algunas al instituto, que parece que sus padres no los ven antes de salir.
Ahora bien, echar a un niño del centro escolar en horario lectivo, nunca.
No se como será la situación particular que se está viviendo, pero si estoy de acuerdo en que muchas veces los jóvenes concurren a los centros educativos en condiciones no adecuadas. Creo que lo más razonable es que el instituto tenga reglas claras de vestimenta, especifique claramente que está permitido y que no lo está y en consenso con los padres los alumnos sean enviados a casa cuando no se cumplen dichas reglas (esto evita responsabilidad de la institución e involucra a los padres en el cuidado de sus hijos, ya que muchos se olvidan).
Mantener una vestimenta adecuada hace que el centro educativo no se convierta en un desfile de modas ni en una vidriera alarde de poder económico. Sin duda que la mejor solución es el uniforme.
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