Hace días saltó un caso a la prensa. Un boliviano sin papeles pierde el brazo en una panificadora y el jefe, presuntamente, lo abandona a doscientos metros de urgencias y tira el brazo a la basura. El boliviano trabajaba, sin contrato, doce horas diarias por veintitrés euros al día. Es un caso terrible pero yo quiero poner la lupa en el hecho de que trabajaba doce horas diarias por veintitrés euros. Cobraba menos de dos euros la hora, en negro. Y se que la necesidad aprieta y que en su caso, seguramente yo haría lo mismo. Pero esta gente es la que tira por los suelos los salarios. ¿Quién va a contratar con un coste cercano a los dos mil euros entre sueldo, impuestos, seguridad social y varios, pudiendo hacerlo por seiscientos noventa? Por lo que vale un legal contratas a tres ilegales y encima los puedes despedir sin coste alguno.
Días después leía un caso curioso: Gana un festival de comedia leyendo su contrato laboral. Al parecer las claúsulas son draconianas y el trabajo causa depresión. Pero el tipo trabaja allí. Una vez más la necesidad es cruel pero me parece extraño estar quejándote del contrato de trabajo que has firmado. Gracias a gente que lo firma, como este tipo, existe este contrato.
Y poco después llega el caso de los cientos de chinos liberados de la esclavitud en Cataluña. Los dueños de los talleres cerrados han pedido que les dejen abrirlos porque realmente les están haciendo un favor a los trabajadores. Aquí ganan veinte euros por día, días de doce horas, y en China ganan cincuenta euros al mes. Según ellos «No podemos ver el trabajo de los chinos desde un punto de vista europeo. Allí ganarían 50 euros». Lo que no entiendo es por qué hacen el gasto de traérselos aquí desde China para pagarles doce veces más que allí. ¿No sería más rentable pagarles allí doscientos euros mensuales? Los trabajadores cuadriplican el sueldo y el empresario reduce los costes salariales a un tercio. Y hablamos de coser ropa, que lo mismo da coserla aquí que coserla en China y mandarla en un contenedor. No se pudre por el camino.
Y todo esto viene porque los grandes empresarios, de grandes sueldos y grandes indemnizaciones por despido no paran de pedir que los españoles nos bajemos el sueldo y nos abaratermos el despido. Y yo estoy de acuerdo, creo que todo el que gane más de cien mil euros anuales tiene que perder el treinta por cien del sueldo y perder derecho a indemnización en caso de despido. Y favor que les hacemos, que si ganan menos pagarán menos impuestos. Bastante tiene el pobre de aquí compitiendo con toda este gente que trabaja por un tercio del sueldo o firma contratos abusivos para encima tener que competir con directivos de poltrona.
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