17 febrero 2007

Vivir muchos años...

... O vivir el mismo año muchas veces. ¿Qué estamos haciendo realmente? Cuando escuché por primera vez esta frase me dije «Jota, te han calado.» Repaso mi vida y no vivido casi treinta años sino que he vivido una media docena de ciclos donde se repetía el mismo año. Y me temo que se avecina el ciclo más largo. ¿Os pasa a vosotros o es sólo a mí?

Soy consciente de que se llama rutina y en la mayoría de los casos todo son ventajas, pero llega un momento donde echas la vista atrás y te das cuentas de que llevas años haciendo lo mismo. Incluso en tu tiempo libre. Yo tengo -cuando lo tengo- un trabajo muy rutinario. Comienzo a las siete y media de la mañana y a las ocho ya puedo decir si el día será bueno o malo. Es tan previsible que cuando miro las notas de días anteriores las diferencias horarias no llegan a cinco minutos. Esto es bueno, al ser tan rutinario no hay que estar todos los días lidiando con cosas nuevas y nuevos problemas. Los problemas surgen de año en año. Por otra parte llega un momento en el que lo que uno necesita es ese problema, ese reto que lo haga madurar. Sería, por poner un ejemplo, el trabajo de un barrendero que siempre pasa por las mismas calles en el mismo orden y a la misma hora. Hay trabajos que pueden parecer más creativos pero realmente no lo son. Un médico no ve siempre a los mismo pacientes, pero a la postre el trabajo es siempre lo mismo.

Y si el trabajo es siempre el mismo y las horas de sueño son siempre las mismas, entonces tan sólo nos queda el mal llamado tiempo de ocio. Mal llamado porque de ese tiempo tiene uno que dedicar una parte -a veces enorme- a tareas de la casa, papeleo, mantenimiento mínimo de uno mismo (comer, asearse, etc...) y luego le queda la evasión de la realidad. La serie de los lunes, la película de los miércoles, ese concurso de los jueves y salir hasta las tantas el sábado. Y el domingo a leer, a ver el deporte y a preparase psicológicamente para otra semana. O para repetir otra vez la misma. Meter la ropa de verano, meter la ropa de invierno, la declaración de IRPF, el chequeo de la vista, la quincena en la playa, cumpleaños, aniversario, Navidad y promesas de cambio en Nochevieja. El mismo ciclo, una y otra vez.

O lo mismo soy yo, que llevo una vida triste y anodina.

1 comentario:

Meg dijo...

No sé si serás tú o tu vida o lo que sea.

Tampoco sé qué podrías hacer para que tu vida no fuese una sucesión de días monótonos, eres tú el que debe decidir qué hacer.

Yo te he propuesto actividades muchas veces, pero no siempre te gustan. Y muchas veces que queremos hacer cosas que nos gustan, no podemos porque nos faltan los medios (dinero, coche, casa, etc).