09 julio 2006

Por un puñado de dólares

«Si lo prefieres el tribunal te asignará un abogado de oficio que gana cuarenta mil dólares al añoy que salvo un milagro te escoltará personalmente hasta el corredor de la muerte»
(Las dos caras de la verdad, 1996)
Siempre me ha llamado la atención las cifras que mueven los personajes de las películas estadounidenses. Si el abogado de oficio ganaba cuarenta mil dólares al año en 1996 ahora debe estar ganando el equivalente a cincuenta mil euros al año. Eso en España es un sueldazo que se ve en raras ocasiones. Si hablamos de apuestas la cosa ya llega a límites increíbles, apuestas de miles de euros en mesas de póker o en eventos deportivos son de lo más normal. Y los que ganan, al igual que los abogados de oficio de película, no parecen tener suficiente para llevar un nivel de vida normal, o se buscan otra fuente de ingresos o realizan apuestas cada vez más altas.

Lo de las apuestas lo entiendo, es para darle a la película una impresión de peligro, de riesgo, de ese mundo prohibido donde un solo fallo produce la rotura artesanal de rótulas. Pero lo de los sueldos no, o al guionista le pagan tanto que piensa que todo el mundo anda a la par o yo no se que pensarán los abogados de oficio cuando vean películas como la citada. Bueno, si lo se, pensarán más o menos lo mismo que pensamos los informáticos cuando vimos «Hackers».

1 comentario:

Meg dijo...

Te he dicho "cienes" y "cienes" de veces que no podemos comparar el sistema judicial americano con el europeo-continental.

Por alusiones y como abogada adscrita a varios turnos de oficio especializados te digo que el cobro de los casos que se llevan de oficio es escaso, mínimo, pero que ningún abogado español sobrevive con ellos, porque te llaman de vez en cuando y son cosas asequibles de compaginar con la labor diaria del despacho y los casos propios.

La mayoría de abogados lleva casos de turno de oficio por puro altruísmo. Yo llevo muy feliz y muy a gusto los casos de violencia doméstica y lo que se cobra no tiene comparación con lo que se trabaja. Pero lo hago porque considero que mi labor puede ser de ayuda a otras mujeres.