"Recuerdo que aquella mañana desayuné tostadas. Puse el pan en la tostadora y la regulé al dos, tueste medio..."Pues hoy, ante la sencilla pregunta "¿Esa casa es suya?" he recibido una contestación así (nombres y lugares han sido falseados para preservar la intimidad):
"¡Ay! En esa casa guardan mis hijos material de trabajo. Era de mi divino padre, que en paz descanse. Mis hijos, que trabajan en ACME, lo utilizan como almacén. Aquella casa (señalando a otra) era de mi suegra. Mi suegra estaba enferma y mi divino marido la cuidaba todas las noches. Una mañana mi suegra, que andaba muy despacio porque estaba muy enferma, llegó a mi casa muy despacio y me dijo que no había podido despertar a su hijo. Mi divino marido estaba muerto..."La cosa ha seguido con una rencilla con el vecino de al lado, con la descripción y venta de dos casas de la playa y de que aún poseían otra. Me ha dicho donde trabajaban los tres hijos, de donde son las nueras, las nietas que tiene, la pena de la suegra por el hijo muerto, y alguna cosa más. Cuando le he dicho mi nombre, y tras explicarle que no era ni Jesús ni José me ha respondido que sus hijos viajaban mucho que habían estado en Ecuador y en Rusia (ya no quedan cristianos viejos en la vieja Castilla capaces de reconocer un nombre bíblico). Ha tenido tiempo de recriminar el feo vicio del tabaco a dos personas mientras me sujetaba el miedo con notable miedo. Que digo yo que si les tenía miedo no debería haberlos abordado. Entre quince y veinte minutos para una pregunta de sí o no.
Si no es el auténtico Abe Simpson es, al menos, su guionista.
1 comentario:
Jajajaja... Y luego dicen que yo soy "Abuelito Cebolleta"... pues anda que ésta...
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