01 octubre 2006

En costas extrañas

Los que han jugado a los dos primeros «Monkey Island» y han visto «Piratas del Caribe: La maldición de la Perla negra» saben que hay más de una similitud. Y los que hemos indagado un poco hemos descubierto que los dos se inspiran en el libro de Tim Powers que acabo de leer.

«En costas extrañas» es una historia de piratas, con magia vudú, con hombres honrados envueltos en turbios asuntos y una mujer a la que rescatar de las garras del villano. Le falta la parte cómica de las dos obras mencionadas en el primer párrafo pero tiene todo lo demás. La historia comienza en el Caribe, con un barco mercante abordado por un pequeño velero, contra todo pronóstico, y un pasajero llamado John Champagnac. John es titiritero pero una acción imprudente le obliga a elegir entre ejercer la piratería o morir y elige lo primero. Una vez enrolado aprenderá que hay mucho más de lo que parece detrás de las supersticiones de los piratas y de tres compañeros de viaje que al parecer habían pactado con los piratas el abordaje. La trama lo llevará a conocer al pirata Barbanegra y a buscar la Fuente de la juventud, un lugar mágico capaz de conceder todos los sueños de los hombres.

Es un libro de aventuras muy entretenido con algún problema de ritmo al contarlo. Y se notan las similitudes de esos dos hijos no reconocidos con la obra original. Tiene un comienzo un poco flojo, quizá aburrido, pero va cogiendo velocidad y la trama se enreda y desenreda ante nuestros ojos a medida que devoramos la segunda mitad del libro. Muy recomendable, sobre todo para curiosos.

Un libro leído gracias a un préstamo personal.

2 comentarios:

Ander Hilario Gómez dijo...

vaya! SI ya decía yo que la entrada a la casa de la brujavudu aquella era clavadita a la de monkey island!!

Trataremos de hacernos con una copia

Saludetes de lunes!!

Anónimo dijo...

Pues yo tengo y he leído "La última partida" de Tim Powers, trata de una partida de póker que puede cambiar el destino del mundo...
Me gustó mucho , si quieres leerlo mel o pides y te lo dejo.
Un abrazo chimo, ¡que tum bam bam!