02 septiembre 2005

As� no vamos a ninguna parte (y II)

Aclarados los t�rminos vamos al problema que nos preocupa: el deficit y muerte anunciada del sistema p�blico de seguridad social. El cuesti�n ahora mismo no es tanto el problema de la seguridad social como la soluci�n que se aplicar�. El problema es grave pero no se debe empezar a arrojar de un partido a otro, merece la pena dejar el combate pol�tico para cuando haya elecciones nacionales y dedicar los proximos dos a�os a arreglar el d�ficit y a idear un m�tido que evite volver a esta situaci�n a corto plazo.

Por si alguien no lo sabe el gobierno ha propuesto frenar la deuda adquirida de la seguridad social subiendo los impuestos del tabaco y el alcohol, y dando permiso a las comunidades aut�nomas para aumentar los impuestos sobre la electricidad y los hidrocarburos. Podeis leerlo en:
Esta claro que cada uno da la noticia a su manera pero todos coinciden en no dar los datos que como ciudadano necesito para saber si este m�todo es bueno o no. No se cu�l es el agujero a tapar, a que nivel crece anualmente ni a cuantos a�os esta previsto el plan. No es lo mismo tener un descubierto momentaneo que un agujero que crece todos los a�os, el primero se paga con un esfuerzo de todos de un golpe y el segundo implica una subida permanente de impuestos o una revisi�n concienzuda de la financiaci�n.

Seg�n he leido la seguridad social esta asignada por comunidades y al parecer es gestionada por las mismas de forma aut�noma esto crea a mi entender unas diferencias sociales dentro del pais que no concuerdan con la pol�tica de "una, grande y libre" que luego se mantiene en otros aspectos.

As� pues tendremos que volver a pronunciarnos a favor o en contra de nuestros pol�ticos sin conocimiento de causa y basandonos tan solo en el color de la camiseta. Algo as� como pasarse un a�o en la casa de Gran Hermano y luego salir diciendo que el Bar�a es el mejor y merece los titulos. Puro fanatismo, luego nos extra�amos de que los espa�oles no quieren saber nada de pol�tica pero veo que el sentimiento sigue siendo rec�proco y la pol�tica no quiere saber nada de los espa�oles, bueno, tan solo una quincena cada cuatro a�os.

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