01 septiembre 2006

Pequeños retos, grandes victorias

Si digo que soy un poco masoquista enseguida se plantará en mi casa alguien vestido de cuero y con un látigo. Y si digo que en cierta manera me gusta trabajar no faltará quién haga un chiste. Pero algo hay y me lo noto cuando tengo días como hoy.

Hoy he ido a trabajar a la que en teoría es la peor oficina de la empresa en la capital. Digo en teoría porque mi escasa experiencia no me permite ser objetivo. Me gustan los retos, me gusta conocer mis límites y para hacer ambas cosas hay que aceptar las pruebas y arriesgarse a fracasar. Para ser el primer día ha ido muy bien, ya me han dicho que hemos tenido un día muy tranquilo y que no me acostumbre pero estoy ciertamente orgulloso de mi labor. Hay que darle su parte del merito a la directora de la oficina que con paciencia, simpatía y ganas me ha enseñado lo que yo no sabía y ha culminado la jornada con un gesto difícil de ver en la empresa media: felicitándome por mi trabajo.

Claro que como soy tan bueno ya me han mandado más trabajo, pero no todo puede ser perfecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu di que te gusta hacer las cosas bien.

Ander Hilario Gómez dijo...

dicen por ahí que esto de currar dignifica... mmm no se yo ;-)

supongo que dignifica pero no hay otras cosas que dignifiquen tanto o más y se puedan hacer desde casa mientras tienes cerrados lo ojos hasta eso de las 11 de la mañana??

Un saludete ;-)