24 septiembre 2006

¿Qué hacer?

En uno de los comentarios de la entrada «El más tonto hace relojes» Ray me pide que me moje y responda la cuestión «¿Qué hacer? Ser consecuente con uno mismo e irse de un sitio donde no se siente valorado, o por contra, extremar la pragmática y tratar de aprovecharse al máximo del entorno...». Es una pregunta muy difícil.

El problema es general pero la solución es particular para cada uno de los casos. Una vez me dijeron (y me consta que citaban Ortega y Gasset): «Yo soy yo y mis circunstancias» y aunque no estoy generalmente de acuerdo con la frase si es cierto que se aplica al tema que tenemos entre manos. Cada uno tiene que sopesar sus circunstancias antes de tomar estas decisiones.

Hace más de tres años entré a trabajar en una empresa. El puesto era para hacer lo mío, lo que me gusta dentro de mi campo de conocimiento, soporte informático. Desde instalar una disquetera hasta manejar los distintos servidores que dan los distintos servicios a toda la red de la organización a la que prestábamos servicios. El sueldo era flojo, las posibilidades de ascender nulas y tampoco había un horizonte de empleo estable. Pero era un trabajo para aprender, estar dos o tres años cogiendo conocimientos y de ahí saltar a algo mejor. Los conceptos estaban claros y los términos del acuerdo, del contrato, también. Antes de tres meses estaba despedido por exigir a la empresa algunos de mis derechos básicos: copia de la nómina, copia del contrato y los acuerdos del contrato. En aquel momento no tenía nada que perder y no pensaba dejarme torear esos dos o tres años que había calculado que pasaría en la empresa. Exigí lo que era mío y lo recibí junto al finiquito.

Hoy en día tengo un trabajo que me gusta, no tiene nada que ver con la informática pero es fácil, tiene buen horario, mejor sueldo que los trabajos de informático a los que he tenido acceso y tengo copia de mis nóminas y de mis contratos. Al contrario que el anterior este si es un trabajo en el que podría estar toda la vida, se puede ascender, se puede pasar a otro tipo de puesto si se cansa uno y hay perspectivas reales de tener un empleo fijo. En esta empresa también me quejo de las irregularidades, los que me han visto trabajar saben que no me callo una y que no me corto si creo que algo no se está haciendo bien. Pero llevo más cuidado, aquí no tengo mucho que perder, pero sí un buen empleo. La gran mayoría de quejas que tengo con la empresa se deben a los procesos de contratación y estos desaparecerían si me hacen fijo. Y creo que podría solucionar el resto uno a uno llegado el momento. De momento intento aguantar el temporal manteniendo un ojo en el puerto.

Pero llegará el día en que no podré elegir, estaré atado a un banco, o a una responsabilidad externa o seré demasiado viejo para entrar en el mercado laboral. Y ese día me tocará tragar, lo se y lo digo claramente. Antes de decirle a mi jefe que no hace las cosas bien, antes de hacer un escrito a la jefatura superior, sopeso y sopesaré mi situación, mis circunstancias, para no tener que arrepentirme a corto plazo.

Pero si os puedo dar una idea: España tiene un mercado laboral altamente sedentario y la elección de trabajo que hagáis ahora seguramente os acompañará hasta el momento de la jubilación. Sopesad no tan solo si ahora podéis soportar el trabajo que tenéis, sopesad si podréis hacerlo dentro de diez, veinte años.

2 comentarios:

Ander Hilario Gómez dijo...

la verdad es que no estoy del todo de acuerdo con lo del sedentarismo labora. Si bien es cierto que el mercado laboral español se ha caracterizado durante muchos años por ser ciertamente sedentario la evolución del mismo (al menos desde mi experiencia) es que existen varios tipos de trabajo hoy día:

1. empresa pública a la que si accedes no te echan ni con agua hirviendo, bueno hace poco que se ha dicho que los funcionarios no tendrán trabajo de por vida sino que se les podrá echar (todo un logro)

2. trabajo en una gran entidad (caja madrid, bbk, endesa, unión fenosa,etc.) Trabajo permantente practicamente de por vida salvo raras excepciones de crisis (raro raro) o que le pegues fuego al edificio.

3. trabajar en pymes. Esto es la jungla, aunque la vida de las pymes es larga estan siempre andando sobre la cuerda floja por lo que aunque lleves la intemerata de años en la empresa en cuestión podrías perder el empleo por cosas tanto vinculadas a los clientes como a razones personales de los propietarios (defunción, traspaso de poderes, venta de acciones,etc.)

4. trabajar en microempresas aunque es el tipo de empresa que conforma gran parte del tejido empresarial estatal tampoco te da estabilidad de por vida de hecho repite los problemas de las pymes pero multiplicando el efecto debido a su carácter más débil


Bueno q eso, q no es por llevarte siempre la contraria josue pero creo que lo de la estabilidad y sedentarismo laboral en españa se ha reducido y se reducira mucho más en los próxios años; ahora bien, no espero que lleguemos a un mercado similar al de eeuu pero si que será algo más dinámico que hasta ahora.

Un saludete ;-)


pd: como se nota que es lunes, pedazo de post ;-)

josuered dijo...

Ander:

Hace años (más de cuarenta que yo sepa) que un funcionario se lo puede echar por cosas como llegar tarde, ausentarse o no cumplir con sus obligaciones. El problema no es la ley ni el estatuto del personal público, el problema es el jefe que tiene que abrir expedientes e iniciar un procedimiento administrativo que, casi siempre, pasa de iniciar. No es un problema de reglamento es un problema de jugar sin árbitro.

Y el mercado laboral es sedentario con relación a los españoles que nos hemos criado en una sociedad que nos enseña a agarrarnos al trabajo con uñas y dientes. Y si encima tienes un plazo mensual de hipoteca no te digo nada.

Y no es el post del lunes, es el post del domingo :D