27 abril 2005

Como somos (los espa�oles)

Que Spain is different es un recurso manido y conocido por toda la sociedad, la realidad que se esconde detras de esas palabras es, sin embargo, una Espa�a poblada por seres extra�os y de curioso comportamiento.

El ejemplo m�s claro es a nivel deportivo o de competici�n. Cuando nuestro equipo gana, nosotros ganamos, cuando nuestro equipo pierde, ellos pierden. Me explico, nosotros (los espa�oles) llegamos al mundial de Korea, pero luego, ellos (los futbolistas) perdieron y nos dejaron sin un triunfo por el que tanto habiamos trabajado.

A nivel de trabajo somos de lo m�s desorganizado e inficiente. La m�xima es: esto siempre se ha hecho as�. En su defecto oiremos: Llevo 20 a�os haciendo lo mismo y ahora no vas a venir tu a decirme como se hace. Como efecto de esta causa tenemos unas formas de trabajo arcaicas, que posiblemente funcionaran en su d�a pero que hoy a duras penas se mantienen. Esto tiene un efecto colateral, las costumbren se tornan mandato divino y pasan a ocupar un valor mayor que el de la misma ley en la escala de valores espa�ola.

Si entramos en la zona pol�tico - social el espa�ol quiere sangre. Aquello de ir a ver como matan seis toros a sablazos no nos llena y le pedimos sangre a nuestros personajes p�blicos. En este tipo de espect�culo todo vale, y los famosos (donde famoso es todo aquel que ha salido en los medios al menos una vez) se permiten el lujo de insultar, difamar, calumniar y agredir verbalmente m�s all� de lo que la libertad de expresi�n y las leyes permiten.

A nivel personal el espa�ol rehuye cualquier problema, especialmente los que ha causado �l mismo. Aqu� rige es m�xima de: es preferible mantener la boca cerrada y parecer idiota que abrir la boca y confirmarlo. Nos callamos ante cualquier problema esperando que pase el solo por nuestra puerta y aterrice en casa de otro. Este es un caso com�n y lo tratar� en otros dos posts.

Como el lector habr� supuesto, esto son los casos generales, por suerte cada d�a hay mas espa�oles que no son as�, que se integran en un mundo m�s avanzado que la peninsula. Encontrar� el lector las afirmaciones superiores exageradas, le animo a realizar una serie de experimentos para comprobar la veracidad emp�rica de mis palabras:
  • Compruebe la cantidad de seguidores del F.C. Barcelona que surgen a medida que se acaba la liga.
  • Compruebe la cantidad de aficionados que tiene la Formula 1 a medida que Fernando gana carreras.
  • Pruebe a ofrecer un m�todo de trabajo nuevo en una empresa, da igual si es una empresa p�blica, familiar o grande.
  • Abra un peri�dico o encienda la televisi�n. Ver� como la clase pol�tica se permite llamar terrorista, tarado, inmoral, a unas secciones de la poblaci�n sin problema alguno. Pruebe a hacer usted estas manifestaciones en una plaza p�blica (con riesgo de detenci�n y multa, queda avisado).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre he pensado que el calor y la latitud de nuestras tierras hacen que los espa�oles estemos algo tarados... No creo que sea tampoco cuesti�n de raza, cultura o religi�n, creo que el mundo se vuelve loco por momentos y nosotros... nosotros no vamos a ser menos �no?
***

Rafael de León dijo...

Muy pesimista el post, y un poco t�pico. No creo que la generalidad sea realmente as�. Conozco personas de muchos lugares de Espa�a, y creo que pocos cumplen las premisas que das, aunque la imagen de "funcionario espa�ol" no haya desaparecido del todo, creo que empieza a quedar bastante atr�s.

De todos modos, los partidos no los pierden los jugadores, nos los hacen perder los �rbitros XDDD

Anónimo dijo...

Cada uno habla de su experiencia, lo que ha vivido y lo que ha podido observar. Yo, desde mi experiencia solo puedo entender la negaci�n a las palabras del post como una respuesta ante la afrenta personal que se siente al verse identificado en palabras desagradables. Pero Se�ores, todos, repito todos, hemos pecado m�s de una vez de borreguismo social, de chaqueterismo deportivo o de escaqueo ante problemas globales. Y hablo desde la experiencia propia. Y el que lo niege, se enga�a a s� mismo.