15 marzo 2006

Analfabetismo

Las cifras sobre analfabetismo siempre tienen dos claras imágenes: que en España desaparece poco a poco y que en el tercer mundo sigue siendo un problema muy grave. Pasamos de sección en el telediario, deportes, el tiempo y a ver algo menos serio en el televisor.

No hará ni un mes conocí, por motivos de trabajo, a una persona analfabeta. Es la persona con menos conocimientos de este tipo que he conocido dado que la media sabe firmar y entiende los números. Esta persona sabía firmar pero no distinguía un dígito de otro. Conocer una persona así, aunque solo sea un poco, siempre me da que pensar. Me hace ver que el sistema no tan solo tiene fisuras si no que hay personas que se caen por las grietas y se pierden en el olvido, y es un pensamiento muy triste.

Es triste porque una cosa lleva a la otra, donde hay una persona con un déficit de educación (entendida como formación) tan enorme habrá otras. Y las habrá con carencias sanitarias graves, y económicas, y así. Y uno se plantea realmente cuantas personas están muy mal en la escala de mínimos cubiertos. Porque las estadísticas las presentan en bloques, tantos pobres, tantos analfabetos, tantos en espera de juicio, tantos en espera de atención médica, y son pocos, pero si los uniéramos a todos saldría un número mucho mayor.

Y no hablo de una persona mayor, proveniente de un mundo a un abismo social del nuestro, hablo de una persona más joven que yo, menos de veinticinco años tiene.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por los mismos motivos de trabajo, pero en otra población, también me he enfrentado a eso. Hasta el punto de encontrar una mujer mayo que ni siquiera sabia firmar. En vez de estampar aunque fuera la tipica cruz, estaba preparada con una almohadilla con tinta negra, imponiendo su huella dactilar en su lugar. Si he de decir que era una mujer mayor, pero aun así, me dejó bastante sorprendido.

Otra historia bastante increible es la de un hombre, calculo que tendrá unos 34 años, que tampoco sabe leer. Lo peor de todo es que manejaba el ordenador, aunque aun no tengo claro como. Me costó muchos mosqueos el resolverle las dudas que me preguntaba cuando aún no me habia dado cuenta y le apuntaba lo que tenia que hacer en un papel. Si no me equivoco es un genial imitador, y es capaz de reproducir de memoria una suceción de clicks en cualquier programa porque sé que llegaba a hacer videoconferencia con familiares sin ni siquiera saber leer . Si es verdad que nació en una zona muy marginal, y lleva años llevando portes de un lado a otro sin nisiquiera tener carnet de conducir, así que puede que sea analfabeto, pero no tonto.

josuered dijo...

Lo de estampar la huella yo lo había visto en una persona mayor aquí en la capital. Es legal y me pareció normal teniendo en cuenta que era una persona mayor. Lo que me extrañó fue que la persona del artículo era más joven que yo.

Y el hombre que maneja el ordenador sin saber leer, bueno, no solamente hay mucha gente que pulsa los botones sin leerlos, de manera mecánica, es que hay muchos niños pequeños que aún no han aprendido a leer y saben perfectamente lo que tienen que hacer para ponerse una película o un juego en el ordenador. Se aprenden las secuencias de memoria o por los iconos. (Así se borran luego los archivos "sin querer")

Anónimo dijo...

Pues es una pena el no poder leer.