La empresa para la que trabajo se ha adaptado a la democracia, los derechos de los ciudadanos y las buenas relaciones laborales al mismo tiempo que el resto que el país:
- Antes: Los poderosos hacían lo que les daba la gana sin rendir cuentas a nadie.
- Ahora: Los poderosos hacen lo que les da gana sin rendir cuentas a nadie, pero tratan torpemente de guardar las apariencias.
- Viernes 25: Me toca trabajar en Septiembre en la oficina número 2. Es la segunda más cerca de casa y pese a que tiene un horario extraño y bastante afluencia de gente pues me callo, lo que toca, toca. Una mujer a la que llamaremos O le toca la oficina número 4. Es la oficina en la que yo estuve en Julio, la más lejana a mi casa y con ese jefe que tanto interés tenía en enseñar al nuevo.
- Lunes 28: Al salir de trabajar el guardia de seguridad comenta que O está practicando porque se incorpora el día uno en la oficina 2. Como la oficina 2 es la que me toca a mí y previendo la jugada me marcho rumiando la idea de aclarar la situación en recursos humanos el martes.
- Martes 29: Recursos Humanos dice que lo mío está sin decidir y que tienen que hablarlo con el jefe de las oficinas. Quedan en avisarme.
- Miércoles 30: Me dispongo a pasar otra vez por RR.HH. y me llama la jefa de la oficina 2, que me incorporo el viernes. Todo esta bien pero le comento el problema del día anterior y me dice que lo comprueba. Cinco minutos después me llama otra vez, que no, que la que va es O y yo voy a la oficina 4. Me dispongo a pasar por la central para ver que tipo de salto es este cuando me llama el jefe de la oficina 4, encantado de tenerme de vuelta y alegrándose por mi suerte, me escapo de la oficina 2. Curioso viniendo de un tipo que hace dos meses no me quería. Voy a la central y entre el jefe y el adjunto me explican, al alimón, que en igualdad de contratos colocan como les da la gana (ya se lo advertí) y que no es razonable mandar una persona nueva a la oficina 4. Además en la 4 voy a estar mucho más tranquilo y trabajar menos. La primera duda es por qué mandar al nuevo a la oficina más dura. La segunda por qué en julio no hubo ningún problema para enviar un nuevo, yo. Lo segundo es porque no había otro contrato igual para hacerme el cambio, y lo primero porque yo voy a estar mejor. Vamos que me han cambiado sin consultar por mi propio bien. Es curioso que O no haya querido ir a la oficina 4, tan bien que va a estar. Cansado y, por qué no decirlo, vencido me marcho a casa a prepararme para un mes en la 4. Otra vez autobuses, comidas a las 12 del mediodía y demás.
- Jueves 31: A las 11:45 de la mañana, el jefe de oficinas real (el de ayer era el suplente de vacaciones) interrumpe sus vacaciones y me llama para decirme que voy a la 2. Sorpresa y enfado a partes iguales al comprobar que mi planificación se va al traste y que me han cambiado de puesto y turno tres veces en dos días. Intento pasar para hablar con el jefe pero se ha esfumado y los adjuntos también. Aprovecho para acercarme a la oficina 2, ver exactamente donde está, quedar con la jefa para mañana, conocer mi horario, etc... Mientras estoy allí el jefe esfumado llama a la jefa para comunicarle que voy yo y no otro chico al que estaban esperando. Y allí se descubre el pastel, como en las novelas de misterio, cuando se acababa el libro. O está en mi turno y a mí, para que no patalee mucho, me han dado el turno de un chico que (ojo, jugada importante) no tiene el mismo contrato que yo ni que O. Lo que ayer era imposible, cambiar dos personas de puesto con contratos diferentes, hoy se ha hecho en una sola mañana.
- Conclusión: Que la empresa hace lo que le da la gana. Que si quiere puede y por tanto en julio no quiso, me mandó a mí a la oficina 4, lejos, solo y con el jefe que no me quería sin mover un dedo mientras que ahora ha movido a dos personas (a mí y al otro chico) para que O no pase por lo mismo. Pero eso sí, de cara al mundo exterior los contratos se asignan por riguroso orden de lista. De lista, de listo y de gente con la cara de hormigón armado.
Mañana, quizá pasado, os daré una imagen de la oficina 2 y ese ritmo de trabajo por el que hoy he recibido un par de pésames y varios suspiros. Parece que me hayan destinado al frente ruso.